El Holocausto desde los ojos de un niño.
Son muchas las películas que recogen el horror del Holocausto. Todavía hoy nos sobrecogemos ante las historias de aquellos que consiguieron sobrevivir a la barbarie y de los que no tuvieron tanta suerte. Y es que en esta guerra, más que cualquier otra, el ensañamiento injustificado y la vileza de los que la llevaron a cabo fueron atroces, tanto que no nos acostumbramos, ni posiblemente nos acostumbraremos a todos estos relatos que, aunque puedan parecer ficción, pertenecieron a la vida de innumerables personas.
Nuestra película de esta semana, El Niño con el Pijama de Rayas, trata una de estas historias pero desde una perspectiva muy especial, los ojos de un niño. Este drama dirigido por Mark Herman, es la adaptación del best seller, de mismo nombre, de John Boyne. En este filme nos metemos en la piel de un inquieto niño de ocho años, Bruno, que decide ir en búsqueda de alguien con quien jugar en una “granja” no muy lejana que había descubierto desde la ventana de su cuarto. De esta forma comienza la inverosímil amistad de Bruno, hijo de un militar de la SS, y Shmuel, un niño judío que se encuentra dentro de las alambradas de la “granja” en la que todos sus habitantes vestían una especie de pijama de rayas extraño.
La película rompe la rigidez británica de la narrativa de la obra literaria, pero también podemos encontrar algunas incongruencias que no encontramos en el libro, como el hecho de que Pabel se pasee por la casa con el uniforme mugriento de prisionero. Destacaría los diálogos conmovedores de los niños, el tratamiento del tema omitiendo muertos o escenas sangrientas, el recurso fotográfico de la nueva casa que con sus líneas rectas y colores grisáceos llenan de sobriedad la pantalla que aleja el concepto de un hogar verdadero, y sobre todo el silencio sepulcral que invade la sala de cine por algunos segundos tras terminar la película.
Es imposible no recordar La Vida es Bella de Roberto Benigni que al igual que El Niño con el Pijama de Rayas también muestra el horror del Holocausto desde la mirada ingenua de un niño pero en oposición a otras críticas he de decir que sus historias no tienen nada que ver a excepción del marco circunstancial.
Como dato curioso de La Vida es Bella añadir que la voz doblada al español del niño pertenece a la actriz Michelle Jenner, más conocida por Sara en la serie de Los Hombres de Paco, que comenzó su carrera en el mundo de la interpretación como actriz de doblaje con sólo seis años de edad.
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