La libertad de cantar por la calle un canto de esperanza. La libertad de soñar como un niño y materializarlo en miles de sonrisas.
El derecho a darse un beso en una plaza llena de flores o de regalar la mejor de las rosas a la persona amada. El poder celebrar la vida delante de la gente o el poder de pedir ayuda para aquellos que la necesitan.
Pintar pancartas de solidaridad y hacerlas cabecera de nuestras camas. Llenar las páginas de periódicos de temas sociales y hacer de ellos la razón de ser de la democracia. Ser sinceros y poner voz donde se silencia. No callar más y gritar al mundo lo que pasa a nuestro alrededor.
La libertad de sentir con el que tenemos al lado, de escribir los sentimientos con la tinta del corazón y de llorar ante la injusticia y el dolor. El derecho a bailar con la melodía de la naturaleza o el de despertar metas en aquellos que comienzan a caminar. Es el derecho a vivir viviendo, a sentir sintiendo y a expresarse de cualquier forma. Las formas son solo medios, el fin es el mismo, hacerse escuchar.
Hoy en el Día Internacional de la Libertad de Expresión, rompamos todas las cadenas y superemos todas las fronteras de esta vida como decía Kapusncinski, ya que 'la vida consiste en superar fronteras de todo tipo constantemente'.
La voz es del ciudadano, de la persona y de su dignidad como ser humano. Esa voz no puede encarcelarse ni ocultarse sino expresarse en cualquiera de sus formas.
Por todos esos periodistas que han perdido la vida luchando por este derecho, trabajando cada día en esos rincones donde aún el desarrollo no alcanza a sus gobernantes para descubrir que la vida consiste en expresar lo que se vive y sin ese derecho no hay vida posible. Por todos aquellos que dedican su tiempo a expresar los sentimientos de otros o los propios y por todo aquél que hoy siente la celebración de este día vayan estas sencillas palabras.
De corazón,
por la LIBERTAD DE EXPRESIÓN,
Luis Algoró.
El derecho a darse un beso en una plaza llena de flores o de regalar la mejor de las rosas a la persona amada. El poder celebrar la vida delante de la gente o el poder de pedir ayuda para aquellos que la necesitan.
Pintar pancartas de solidaridad y hacerlas cabecera de nuestras camas. Llenar las páginas de periódicos de temas sociales y hacer de ellos la razón de ser de la democracia. Ser sinceros y poner voz donde se silencia. No callar más y gritar al mundo lo que pasa a nuestro alrededor.
La libertad de sentir con el que tenemos al lado, de escribir los sentimientos con la tinta del corazón y de llorar ante la injusticia y el dolor. El derecho a bailar con la melodía de la naturaleza o el de despertar metas en aquellos que comienzan a caminar. Es el derecho a vivir viviendo, a sentir sintiendo y a expresarse de cualquier forma. Las formas son solo medios, el fin es el mismo, hacerse escuchar.
Hoy en el Día Internacional de la Libertad de Expresión, rompamos todas las cadenas y superemos todas las fronteras de esta vida como decía Kapusncinski, ya que 'la vida consiste en superar fronteras de todo tipo constantemente'.
La voz es del ciudadano, de la persona y de su dignidad como ser humano. Esa voz no puede encarcelarse ni ocultarse sino expresarse en cualquiera de sus formas.
Por todos esos periodistas que han perdido la vida luchando por este derecho, trabajando cada día en esos rincones donde aún el desarrollo no alcanza a sus gobernantes para descubrir que la vida consiste en expresar lo que se vive y sin ese derecho no hay vida posible. Por todos aquellos que dedican su tiempo a expresar los sentimientos de otros o los propios y por todo aquél que hoy siente la celebración de este día vayan estas sencillas palabras.
De corazón,
por la LIBERTAD DE EXPRESIÓN,
Luis Algoró.
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