Ya sea el presentador que sea. Ya sea el nombre del programa que sea (que, por cierto, ha tenido más nombres que la Sara Montiel y la Duquesa de Alba juntas) y ya sea como sea, pero las tardes del Canal Sur ya no se conciben de otra manera en Andalucía más que como el “Juan y Medio” o los “agüelicos”, así es y así será aunque les de ahora a los del Canal Sur por poner documentales de la pantera tibetana y del galgo corredor de los montes siberiano-japoneses. Da lo mismo. El “agüelico” de a pie (o de “a garrota”, pobretico mío) no pasa ya sin su “Juan y medio” cada día y está que se sube por las paredes los sábados y los domingos cuando ponen ‘na’ más que películas del oeste.
Y yo me pregunto, ¿que tiene ese programa que tanto gusta?, ¿cuál es el secreto del éxito de un formato que lleva tanto tiempo en la parrilla que hasta Julio César se acostaba a comer uvas en la ‘cheslón’ viéndolo en las calurosas tardes de verano en Roma? Intentando dar una respuesta a tan complicada pregunta (televisivamente hablando), diré que lo que le vale a este programa es su sencillez, su naturalidad y su humildad y es que, de entrada, ya se dirige a un colectivo que es tristemente abandonado no sólo por la tele sino también por toda la sociedad: la tercera edad, porque, desgraciadamente, los “agüelicos” son ya negocio para pocos y es una triste pena olvidarnos de personas que nos pueden enseñar tanto: nada más y nada menos que toda una vida de experiencias y de sacrificios, casi ‘na’.
Por otra parte, como decía, la sencillez y la humildad también son importantes para el éxito de este programa por el que bate los audímetros cada tarde después de la novela. ‘Fijarse’ si no: mientras el resto de canales se exprimen los sesos (dignamente también, claro) en ofrecer formatos que ‘se salen’ de la pantalla con información del corazón, el “Juan y Medio” pone también corazón, pero el de sus invitados al aire con la única intención de buscarles un compañer@ que les acompañe lo que les queda de vida para intentar ser felices. Tan simple y tan grande a la par. Da vértigo sólo pensar que un formato tan sencillo en el que prima la charla tenga algo tan grande como la vida misma de una persona condensada en 20 minutos, poco tiempo, sin duda, pero el mero hecho de poder hablar de lo cotidiano, ya se convierte en un balón de oxígeno para todos.
Por último, creo que parte del éxito del programa está también en las situaciones tan divertidas que plantean los invitados. Hay que fijarse en que todos los que allí van lo hacen con una sonrisa aún cuando su vida no ha sido fácil. Sólo por quedarse con lo bueno y reírse de los malos ratos que han pasado ya se merecen un ‘ole’ ‘mu’ grande y constituyen la mejor medicina para los que lo están pasando mal ahora, siendo esto digno de admiración. La gracia andaluza hace el resto y, como resultado, sale un cóctel de buen rollico justo para los que más lo necesitan.
Por esto y por mucho más, mi enhorabuena a este programa y mi felicitación a los que van porque, por ellos, hay muchos que se animan a seguir cada día. ¡Ah! y para el que encuentre ahí el amor, un consejo: no os pongáis el video comunitario que si no luego, como dice la Martirio, será vuestra perdición porque ya no haréis ‘na’ de ‘na’ de ‘na’ sin el televisor. Hecho esto, sólo os queda disfrutar.
JULIO MORENO
1 comentario:
jaja muy buen articulo. Este programa es muy criticado y por el muchos suelen decir "Canal Sur es pa' los viejos". Antes yo le tenia odio, la verdad sea dicha, porque era una batalla constante entre mi abuela y yo cuando teniamos una tele pero ahora me alegro que exista porque los mayores merecen su espacio. Los jóvenes ya tenemos muchas otras alternativas con las nuevas cadenas y además la TV andaluza nos dedica gran parte de su segunda cadena. ¡Nos quejamos de vicio! Ay si no tuvieramos na mas que dos canales como antes!! xDD
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