Tras presentar esta sección la semana pasada hoy quiero comenzar con la primera anécdota que espero, al menos, os saque una sonrisa en estos momentos donde muchas miradas viven tristes y muchos corazones intranquilos por el futuro que no termina de verse claro.
Hace unas semanas tuve la oportunidad de visitar una tierra maravillosa no sólo por su belleza como ciudad sino por la sencillez y humildad de sus gentes. Es más, fui a ver a un amigo con el que comparto fatigas de salud, pero que siempre sabe sacarme una sonrisa cuando lo estoy pasando mal y eso intento hoy hacer yo con vosotros.
Les pongo en situación, estoy hablando de Puertollano (Ciudad Real) en mitad del Paseo de San Gregorio y justo al lado de la conocida Fuente Agria de este pueblo manchego. A unos minutos de probar el agua de aquella fuente tan famosa, tal era mi intriga que no sabía si beber de aquella jarra oxidada de la que me ofrecían el líquido preciado de esta zona.
Al final decidí y le pegué un buche. En ese momento solo me salía escupirla pero al final la tragué como los ‘potitos medicinales’ que me hacen tomar cada vez que me hago una prueba como la de este viernes. Eso sí, tampoco puedo comparar esta agua con esas mezclas de yodo, nada que ver.
Pero la anécdota vino después. Tras probar el agua y entusiasmado de estar entre amigos propuse hacernos una fotografía todos juntos. Como no podíamos colgar la cámara en el aire pedí un voluntario. Me acerqué a un joven que venía de frente con toda la ilusión y el respeto por supuesto.
Le dije – Perdone, ¿puede usted hacernos una fotografía?-
Él me contestó- NO-
Yo le respondí- qué simpático, ¡estará de broma!
A lo que con toda rotundidad me reafirmó- No, no te la hago ¿De dónde eres?
Yo le dije: De Málaga ( A mucha honra y enamorado de mi tierra cultural)
Él muchacho tan tranquilo me dijo: ‘A pues nada, no la hago’ y se fue tal como vino.
En ese momento no sabía si reír o llorar, los allí presentes, mis amigos se hincharon de reír pero yo me acordé de toda la familia. Pobre chico, cuando luego me enteré que tenía algún retraso. Pero póngase en mi lugar, recién llegado a Puertollano y recibiendo ese cariño tan humano. Después le pedimos la foto a un matrimonio que amablemente nos la hizo, aunque un poco más y todavía estamos allí charlando con ellos.
En definitiva, es solo una muestra de todas las anécdotas que están por llegar y que espero recibir en elblogdealgoro@hotmail.com durante estos días.
Muchas Gracias,
Y cuando quieran les hago una foto… aunque sea un gesto 'Algo pequeñito'. Suerte Dani.
Luis Algoró.
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