Como todos sabréis (más que nada porque nuestro compañero Jose ya nos lo ha ido contando semana a semana estupendamente y porque en la tele lo dicen mucho también) este sábado se celebra el (no se qué número) festival de Eurovisión. Este año, como seguro que también sabréis, llevamos una canción muy bonica y chiquitica que yo creo que va a ir bien pero eso ya se verá en la gala y además, en todo caso, lo hay que tener claro es que esta canción es muy digna y muy ‘apañaíca’ para, al menos, hacernos pasar un buen ratico.
Fuera de la neta participación de los países, lo que me gustaría comentar es la magia y el protocolo que envuelve este festival. A mí personalmente me gusta mucho porque este festival (aunque se diga que últimamente ha decaído y eso, que yo creo que no tanto como se dice) tiene en sí mismo una emoción y un glamour que no veas.
Primero que todo, lo que le vale a este festival es la fecha que es ésta en la que nos encontramos: finales de mayo. Ésta es una fecha del año muy bonica, todo invita a la fiesta. El tiempo ya ha mejorado por fin después del invierno y los días son más largos. Sé que seguro que ahora mismo ya estás pensando que qué tiene que ver esto con Eurovisión pero yo creo que tiene que ver mucho porque si hace buen tiempo, nos animamos más y escuchamos más música y hasta nos marcamos más bailes (aunque dicho sea de paso, yo estoy siempre bailando) y en ese contexto, es más fácil que nos impliquemos con el festival. Además, a mí me recuerda mucho a época de exámenes por lo que estaba deseando que llegara la noche del festival para tomarme una tregua eurovisiva para verlo.
Por otra parte, creo que lo me gusta también del festival es la emoción que tiene y como es capaz de, sanamente, crear competición con el objetivo de hacernos disfrutar. Y al crearla, también aparece el orgullo de la canción y de ser país. Yo creo que todos nos hemos sentido muy orgullosos de nuestra representación en algún momento y la hemos animado como de un partido de fútbol se tratara pero, eso sí, mucho más interesante (como se nota que no soy yo muy fan del fútbol, ¿eh?) porque yo creo que siempre que haya música, cante y baile, la cosa se pone mucho más interesante y además siempre va a ser menos apasionada que si es con el futbol, que con esto y con todo hay que animar lo justo, sin dejar nunca de respetarse, eso por supuesto.
Por último, creo que este festival tiene el éxito también en sí mismo. A mí personalmente, me encanta el glamour que tiene, con ese escenario tan grande, esos cantantes y ‘cantantas’ tan bien ‘vestiícos’, con esos vozarrones, esas lucecicas y esos planos de televisión. Porque otra cosa no sé, pero medios, lo que es medios, este festival tiene muchos. No se remienda de gastos para mostrarle a Europa todo su arte y eso está muy bien, que hay que disfrutar y transmitir optimismo sobre todo en épocas como las que tenemos en las que necesitamos todos animarnos.
En definitiva, creo que hay que disfrutar Eurovisión y todo lo que la envuelve, para ver si este año podemos decir que vamos a tener muchos punticos (aunque sean pequeñicos) aunque también es cierto que, lo mejor que podemos decir, es que gane el mejor, así que yo deseo que haya ‘twelve points’ para todos. ¡Que lo disfrutéis!
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