El tiroteo que este martes acabó con la vida de un policía francés en la localidad de Dammarie-lès-Lys se produjo después de que las fuerzas de seguridad galas sorprendiesen a cuatro terroristas repostando gasolina en cuatro coches robados en las inmediaciones de un concesionario de segunda mano.
Una vez esposado uno de ellos -Joseba Fernández Aspurz, el único detenido hasta el momento- otros dos coches llegaron al lugar y abrieron fuego contra los agentes, según informaron fuentes de la lucha antiterrorista.
Los cuatro terroristas se encontraban repostando en sus vehículos robados -modelos de gran cilindrada de la marca BMW- con garrafas de gasolina en el arcén de la carretera cuando la Policía, que había sido alertada de un robo en un concesionario cercano, se acercó al lugar y procedió a identificar a los sospechosos. Los agentes llegaron a esposar a Joseba Fernández Aspurz.
En los otros dos vehículos, que llegaron minutos después, iban entre tres y cuatro terroristas que fueron quienes abrieron fuego contra los agentes al ver la situación.
Tras el tiroteo, todos los etarras huyeron en dos coches a excepción del detenido y otro dos miembros de la banda que escaparon a pie campo a través, según las mismas fuentes, que descartaron que portasen material explosivo.
Estas mismas fuentes, precisaron que el arma que se le incautó al detenido era una Smith and Wesson del calibre 357 Magnum, procedente del robo cometido por ETA en la fábrica de armas de Vauvert en octubre de 2006, en pleno proceso de negociación con el Gobierno.
Según las mismas fuentes, la acción del martes, prueba que ETA se nutre desde hace tiempo de jóvenes inexpertos procedentes de la kale borroka y que la situación de debilidad de la banda hace que apenas sean sometidos a cursillos de formación en el manejo de armas o explosivos.
FUENTE: EUROPA PRESS/elmundo.es
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