Triunfo absoluto de su nueva escudería, que subió al podio al segundo piloto Felipe Massa. Un doblete que no se vivía en el equipo italiano desde 2008, con la victoria del brasileño en Magny-Cours y el segundo puesto de Kimi Raikkonen. Ambos devoraron en la pista al Red Bull de Sebastian Vettel, sin fuerza para resistir el acoso de las máquinas de Maranello.
El joven alemán aguantó 37 vueltas, hasta que su motor Renault dijo basta. Entonces llegó el zarpazo de Alonso, como loco por llegar a este momento de su vida, tras dos años de peripecias en Renault, dolido del curso en McLaren 2007. Acumulada experiencia y ambición, comienza su apasionante viaje en 'rosso' con una victoria poderosa, un 'aquí estoy yo, he vuelto' que le rejuvenece como piloto.
A pesar de que el equipo italiano tuvo que cambiar los dos motores de sus coches, por problemas con la temperatura, el F10 ha demostrado potencia y resistencia, una máquina ganadora, fiable, como imaginaban en los tests de pretemporada y tras las primeras tomas de contacto con la pista de Bahrein. Fuerte ante el calor, cuidadoso con las gomas, el monoplaza ha puesto de su parte para que los dos volantes añadieran las gotas de calidad necesaria para dominar el podio.
Alonso multiplicó sus opciones en la salida, cuando sobrepasó a su compañero sin pudor en las primeras curvas. Un par de amagos, y directo por la ventana que le abrió el paulista, que trató de engancharse a su colega en la persecución a Vettel. Por detrás, Hamilton culebreaba con Rosberg, y Schumacher viajaba sin sobresaltos, asumiendo que la pelea estaría entre los Ferrari y el Red Bull. Por atrás, Pedro de la Rosa y Jaime Alguersuari navegaron con diferente fortuna. El veterano, que regresaba a la pista, tuvo que abandonar a los 29 giros por problemas mecánicos, mientras que el español de Toro Rosso mejoró posiciones de partida para finalizar en el puesto 13.
Adelante, destacados, el trío de aspirantes se lanzó a por el desierto sin mirar atrás. Marcaba el ritmo Vettel, con Alonso siempre a un par de segundos, atascado en ese sector intermedio eterno.
Tras el primer y único cambio de ruedas (en la vuelta 17 Alonso y sus dos rivales en la 18), el Red Bull ya no fue el mismo. Por el contrario, el Ferrari, con ruedas duras, mostró su mejor aspecto. Empezó Alonso poco a poco a limar la diferencia, hasta colocarse a cola del jovencito alemán. Presión total, hasta que el coche líder se desinfló en la vuelta 34. Justo en la última curva, le adelantó Alonso, volando ya en ese momento a por su primera victoria en rojo. Massa siguió sus pasos en la distancia para firmar en un doblete espectacular.
elmundo.es
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