Esta semana tenemos en los cines la quinta entrega de la saga de terror Saw, película en la que no caben posturas intermedias ya que son muchas las personas que se declaran amantes e incluso fanáticos del filme pero también son muchos sus detractores.
La saga trata sobre Jigsaw (el rompecabezas) un siniestro psicokiller que propone macabros juegos a sus víctimas de moral desviada para que valoren la vida ante el temor de perderla. A diferencia de otras películas del mismo género Saw pone al espectador en el lugar de la víctima haciéndole preguntarse constantemente que haría él sí se encontrase en esa misma situación y si llegaría a esos terribles extremos con tal de sobrevivir. Podríamos decir que va más allá de una simple película de terror, acercándose al género thriller, ya que a medida que avanza la trama el espectador va juntando pistas al mismo tiempo que los personajes, facilitando de esa manera su identificación con ellos.
¿Cómo nace Saw? Todo comenzó cuando James Wan y Leigh Whannell se conocieron estudiando cine en Australia y se pusieron a escribir juntos un guión. Una vez terminado decidieron rodar una escena lo suficientemente convincente como para mostrar sus capacidades como director y actor, lo grabaron en un DVD y lo mandaron, junto al guión, a productores de Los Ángeles. Allí llegó hasta las manos del productor Greg Hoffman que con un presupuesto de un millón de dólares realizó la película con Wan como director y Whannell con el papel de Adam. En las siguientes producciones de Saw debutará como director de largometrajes Darren Lynn Bousman y en esta última entrega el director será el anterior diseñador de producción David Hackl. En el papel de Jigsaw se encuentra al actor Tobin Bell. El productor Greg Hoffman murió inesperadamente a las seis semanas de estrenarse Saw II.
A pesar de su violencia y sus duras escenas repletas de sangre las películas presentan una intrincada trama llena de giros que suelen acabar en un final totalmente inesperado y sorprendente que busca dejar al espectador aturdido y perplejo. Presentan una composición no lineal en el tiempo, con multitud de idas y venidas hacia el pasado y el presente de la historia a modo de flashback que en alguna de las entregas produce una pérdida de tensión bastante notable. Además desde que Whannell deja de formar parte como guionista tras la tercera entrega los hechos se vuelven más predecibles y la calidad de la argumentación disminuye bastante perdiendo la frescura y la sorpresa del principio. Entre tanto uno se pregunta quién estará haciendo caja en la productora, que por lo pronto ya tiene fechada la siguiente entrega para octubre del 2009. ¿Habrá un Saw VII? Todo dependerá de los resultados en las taquillas.
Recaudación en Estados Unidos de cada una de la saga (y presupuesto):
Saw I: 55.000.000 de dólares (Prto: 1.200.000 $)
Saw II: 87.000.000 de dólares (Prto: 4.000.000 $)
Saw III: 80.000.000 de dólares (Prto: 10.000.000 $)
Saw IV: 63.000.000 de dólares (Prto: 10.000.000 $)
Saw V: 52.000.000 de dólares (Prto: 10.800.000 $) (en cines todavía)
Belén Higueras Garnica.
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