Las familias necesitadas aumentan en la provincia de Málaga de forma alarmante. Cáritas atendió en el pasado 2009 a la friolera de 81.339 personas que reclamaban ayuda, 20.334 más (25% de subida) que en el pasado 2008, cuando el incremento ya fue significativo.
Pero es que además este crecimiento se corresponde de forma mayoritaria con familias españolas afectadas por la crisis que nunca antes habían necesitado acudir a una organización o administración para pedir amparo. Verdaderos dramas que no siempre se logran resolver. Así lo expresaron ayer el director de Cáritas Diocesana de Málaga, Anselmo Ruiz; el delegado episcopal de Cáritas, Gabriel Leal Salazar; y el subdelegado de Cáritas Diocesana de Málaga, Francisco José Sánchez Heras. Las cifras son más que llamativas y ya difícilmente calificables. Se han alcanzado unos índices desconocidos hasta ahora y la situación, a pesar de que observan en 2010 una estabilización de las personas nuevas que llegan, creen que lejos de remitir podría persistir. «No parece que se haya tocado fondo, es previsible que vaya a más», declaró en rueda de prensa Gabriel Leal. «La situación va a durar mucho tiempo. Nos esperan unos años muy difíciles por delante y hay un sector importante al que le va a costar mucho trabajo salir, al menos varios años», remacha por su parte Anselmo Ruiz. Si 2008 se caracterizó por el inicio de este fenómeno de demandas de personas que nunca antes habían pedido ayuda social, en 2009 se observa que estos nuevos pobres cada vez acumulan más necesidades y realizan un mayor número de solicitudes.
Pero es que además este crecimiento se corresponde de forma mayoritaria con familias españolas afectadas por la crisis que nunca antes habían necesitado acudir a una organización o administración para pedir amparo. Verdaderos dramas que no siempre se logran resolver. Así lo expresaron ayer el director de Cáritas Diocesana de Málaga, Anselmo Ruiz; el delegado episcopal de Cáritas, Gabriel Leal Salazar; y el subdelegado de Cáritas Diocesana de Málaga, Francisco José Sánchez Heras. Las cifras son más que llamativas y ya difícilmente calificables. Se han alcanzado unos índices desconocidos hasta ahora y la situación, a pesar de que observan en 2010 una estabilización de las personas nuevas que llegan, creen que lejos de remitir podría persistir. «No parece que se haya tocado fondo, es previsible que vaya a más», declaró en rueda de prensa Gabriel Leal. «La situación va a durar mucho tiempo. Nos esperan unos años muy difíciles por delante y hay un sector importante al que le va a costar mucho trabajo salir, al menos varios años», remacha por su parte Anselmo Ruiz. Si 2008 se caracterizó por el inicio de este fenómeno de demandas de personas que nunca antes habían pedido ayuda social, en 2009 se observa que estos nuevos pobres cada vez acumulan más necesidades y realizan un mayor número de solicitudes.
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