Tras descansar esta sección la semana pasada, hoy vuelve con una nueva anécdota que espero pueda arrancarles una sonrisa. Os animo también a mandar vuestras más risueñas anécdotas a elblogdealgoro@hotmail.com para que se conviertan en protagonistas en esta sección cada fin de semana.
Espero poder haceros sonreír, porque sonreír es la mejor forma de enseñar los dientes al destino como afirmó Antoine de Saint-Exúpery.
Hoy quiero remontarme más de una década atrás en mi vida y situarme en uno de los viajes inolvidables para mi corazón. Fue a París y por supuesto al parque temático de las ilusiones, Disneyland. En ese viaje lleno de sueños y momentos de ilusión también encontré grandes anécdotas que sin lugar a dudas se queda grabadas en esta mente que ahora anda saturada por los exámenes finales.
Recuerdo que montados en el tren que nos llevaba desde el parque de atracciones hasta la capital francesa, mi madre, la que antes de subirse, bajó dando 'culazos' , permíntame la expresión, las escaleras mecánicas ya que tropezó con las maletas, iba bastante preocupada por saber cuál era la parada en la que teníamos que bajarnos.
Mi hermana cada vez que parábamos en una estación le preguntaba a la que me dió la vida como se llamaba y ella siempre decía 'Sortie, otra vez, niña'. Al principio creímos que estaba en lo cierto pero tras cuatro o cinco paradas con el mismo sospechoso nombre, mi hermana le preguntó a mi madre: ¿Dónde estás leyendo los nombres?- a lo que ella contestó- En el cartel verde de la puerta.
En ese momento todos nos empezamos a reír con ella, que no de ella, ya que esos carteles no venían a indicar otra cosa que la salida (sortie) de cada estación. Incluído algunos españoles que viajaban en aquel vagón se sumaron al humor malagueño. Sin duda alguna, no olvidamos ese momento como otros muchos de aquel viaje que os iré contando la próxima semana.
Saludos, como siempre, desde el corazón...
Luis Algoró.
El martes sobre las 13 horas participo en Onda Azul, espero vuestras miradas para poder interactuar.
Espero poder haceros sonreír, porque sonreír es la mejor forma de enseñar los dientes al destino como afirmó Antoine de Saint-Exúpery.
Hoy quiero remontarme más de una década atrás en mi vida y situarme en uno de los viajes inolvidables para mi corazón. Fue a París y por supuesto al parque temático de las ilusiones, Disneyland. En ese viaje lleno de sueños y momentos de ilusión también encontré grandes anécdotas que sin lugar a dudas se queda grabadas en esta mente que ahora anda saturada por los exámenes finales.
Recuerdo que montados en el tren que nos llevaba desde el parque de atracciones hasta la capital francesa, mi madre, la que antes de subirse, bajó dando 'culazos' , permíntame la expresión, las escaleras mecánicas ya que tropezó con las maletas, iba bastante preocupada por saber cuál era la parada en la que teníamos que bajarnos.
Mi hermana cada vez que parábamos en una estación le preguntaba a la que me dió la vida como se llamaba y ella siempre decía 'Sortie, otra vez, niña'. Al principio creímos que estaba en lo cierto pero tras cuatro o cinco paradas con el mismo sospechoso nombre, mi hermana le preguntó a mi madre: ¿Dónde estás leyendo los nombres?- a lo que ella contestó- En el cartel verde de la puerta.
En ese momento todos nos empezamos a reír con ella, que no de ella, ya que esos carteles no venían a indicar otra cosa que la salida (sortie) de cada estación. Incluído algunos españoles que viajaban en aquel vagón se sumaron al humor malagueño. Sin duda alguna, no olvidamos ese momento como otros muchos de aquel viaje que os iré contando la próxima semana.
Saludos, como siempre, desde el corazón...
Luis Algoró.
El martes sobre las 13 horas participo en Onda Azul, espero vuestras miradas para poder interactuar.
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