Quiero romper una lanza a favor de las personas, independientemente de su orientación sexual, puesto que debemos sentirnos orgullosos por ser humanos que crean y hacen mundo al pasar por la vida. Cada silueta humana va más allá de sus gustos y tentaciones, de sus ideologías o de sus formas de vivir la vida, porque cada una de ellas forma parte de una cadena que solo se hace posible cuando se vive en solidaridad y respeto con los demás.
Conozco de cerca a personas que por su orientación sexual viven a escondidas enamorados o enamoradas y callan algo tan difícil como es el amor que se siente por alguien. Es muy triste y duro que en esta sociedad democrática del S. XXI aún haya gente que no comprenda que Dios nos hace de una forma y es a él a quien debemos la vida independientemente de como nos haga, porque en la variedad está el gusto.
Dedico estas palabras que salen del corazón a esos que quiero y conozco para que nadie les calle su verdad, para que hagan volar las palomas al cielo y sonrían pisando fuerte cada paso que den en esta vida. Quien no comprenda que ésto no es una enfermedad sino una forma de ser, quien no sepa que el amor no conoce ni límite ni sexos y que el valor de las personas está en su corazón, aún no conoce el valor de la vida y de sentir cada día.
Para aquellas voces que hoy se unen conmigo en defensa de este colectivo, tanto heteros como homosexuales, hoy todos somos una única voz en defensa simplemente del respeto a este colectivo.
No podemos quedarnos en leyes, propaganda fácil de los gobernantes, sino debemos caminar en el día a día sin mirar mal a una pareja homosexual que se besa en un parque, a dos hombres que caminan de la mano o a dos mujeres que luchan por su futuro unidas. Hoy va por vosotros.
Os quiere,
Luis Algoró.