Perdonadme sí no me uno a ellos. Pido perdón si alguien pensó que debía estar a lado de ese grupo de famosos ‘intelectuales’ y personas que se han manifestado para defender al Dios sobre todos los dioses, al Rey sobre todas las monarquías, al que nunca se equivoca, perfecto e intocable Juez Garzón.
Quiero dedicar la penca de esta semana, no a los ciudadanos que se manifiestan libremente en democracia a favor de sus pensamientos y libertades, sino a aquellos que aprovechan la fama de otros para aumentar votos y sensibilizar a favor de unos ideales a la población.
Soy el primero en defender a ultranza la democracia y la libertad, bien lo sabe quien me conoce de cerca, frente a frente. El franquismo es agua turbia y pasada que acabó incluso con familiares míos, sangre de mi sangre, pero por ellos dedico mis oraciones, mi respeto y mi entrega por fortalecer la democracia cada día. Pero no defiendo a un Juez que como ser humano puede equivocarse porque ni Almodóvar ni Pilar Bardem son seres perfectos, aunque algunos puedan creerlo.
Me da pena ver alzar su grito a estas caras conocidas de nuestro país mientras que alcanzamos más del 20% de paro y muchas casas lloran y sufren diariamente, abren la nevera sin encontrar nada dentro o ven como sus hijos abandonan los estudios superiores. Mientras esto ocurre, la gente de la calle salimos y protestamos, quizás no lo suficiente, pero ellos permanecen en sus mansiones y grandes pisos sin mover ni un solo dedo. Se dejan comprar como si nuestra democracia tuviese un precio. Eso no es democracia, que no nos engañen.
Pido disculpas si a los seguidores afines a Garzón he podido herir, pero mi penca solo apunta hacia un lugar, hacia esas caras conocidas que solo salen para figurar.
Por otro lado, ahora sí, la parte más agradable y creedme que esta semana es una de las que de forma más emocionada hago entrega de la biznaga. En el día de ayer cumplí dos años junto a una persona que no solo quiero sino que amo, que no solo me da la mano sino que la extiende y con la que a pesar de tener nuestros más y nuestros menos hemos conseguido crear nuestro nido de amor dentro de cada uno de nuestros corazones.
Dos años llenos de experiencias, de momentos vividos imposibles de olvidar ni de borrar de la fotografía del alma, esa que con cada flash disparado por el sol marca momentos como ese 27 de abril de 2008 cuando al atardecer y junto a la madre marinera de Málaga, la Farola de la capital, pude comenzar a pintar el cuadro de esta historia de amor.
Ayer y a pesar de estar enfermo desde el sábado, aprovecho este inciso para agradecer a todos los que han estado a mi lado un año después de mi ingreso hospitalario repitiéndose la misma historia, pude celebrar con mi niña estos dos años de ilusión de forma más íntima y sencilla. Una cena en casa, unas flores y dos detalles valieron para decirle todo lo que le quiero. Ni siquiera eso, con una mirada ya estaba todo dicho.
Por ello, hoy brindo con esta biznaga mirando al futuro por estos dos años de amor.
Gracias y hasta la próxima semana cuando nacerá una nueva sección.
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