Yo no sé si será porque mi estado de despiste contínuo me hace vivir como en una caverna (con permiso de Platón) o porque ando yo estos días muy ocupaico en quitarme la cera semana santera de las zapatillas, pero el caso es que me enteré hace muy poco de que este fin de semana juega el Madrid con el Barça (o el Barça con el Madrid, que esto, para que nadie se me enfade, es como aquello de “Tanto Monta, Monta Tanto”). En fin, el caso es que cuando me enteré, me pregunté cómo había podido vivir yo hasta ese momento sin saber de semejante evento que pone al mundo (y a parte del extranjero) del revés siempre que ocurre. Y cuando digo “del revés” es a base de bien ya que ese día se moviliza hasta todo aquel al que el futbol no le hace mucho ‘tilín’.
Y es que la verdad es que hay que reconocer que ese tipo de partidos tiene su morbo y su emoción y si no que se lo digan a aquellos que se preparan incluso días antes de derby leyendo todos los periódicos y revistas especializadas para llegar al partido con más pilas que el conejico de las Duracell y sabiendo más de los regates y los ‘córneres’ que Pelé en sus tiempos mozos más que nada porque luego si al día siguiente no comentas nada del partido o dices que te lo perdiste, la gente te mira como si el mismo ET directo de algún rincón del Hollywood más interestelar se haya reencarnado en cuerpo y espíritu en uno mismo, vamos que si no ves el partido de marras, te pasas al día siguiente diciendo “mi casa” o “teléfono” mientras los otros comentan los golazos que metió el Messi o el Raúl.
De todas maneras, yo pienso que lo más importante de estos partidos (sin tener en cuenta si se ven o no) es que son una gran oportunidad para mostrar y demostrar cariño, amor y respeto y para darle al mundo una razón más para sonreír ya que el hecho de que dos aficiones rivales (deportivamente hablando, claro) se enfrenten es, a mi parecer, un momento precioso para dejar la rivalidad para cuando se tenga la pelota en los pies y no para demostrar violencia o racismo. Por otra parte, estoy completamente convencido de que así seguro que será en esta ocasión también ya que, como ha ocurrido otras muchas veces, siempre la cordura prevalece ante cualquier tipo de acción ‘más peor’ que pudiera ser susceptible de ocurrir en este tipo de tesituras.
Y así, con esperanza y el deseo de que la única rivalidad que haya en ese y en todos los partidos sea sobre el terreno de juego, con cariño a todos vosotros, y deseándole, si me lo permitís, un Feliz Cumpleaños a Jose por sus dos ‘paticoh’, os deseo que disfrutéis del partido pero, por favor, no se os vaya a olvidar cambiar de vez en cuando a la Copla del Canal Sur que será lo que yo estaré viendo. Ya me enteraré yo de los goles cuando griten los vecinos o tiren petardos. ¡Ah! y que gane el mejor tanto en el fútbol como en la copla. Olé.
Julio Moreno
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