Hola a tod@s los blogueros de Algorocontigo. Es para mi un honor inaugurar la nueva temporada, de la que este equipo espera muchas cosas positivas tanto para los lectores como para nosotros, y afronto con gran ilusión este reto de colaborar con la plantilla responsable de que este blog siga adelante, y espero que a partir de ahora con más fuerza, y eso solo puede ser posible si vosotros, los lectores, nos sois fieles.
La semana pasada nos ha dejado un hecho con mucha repercusión en los periódicos del jueves 21 de octubre, y es que las portadas de los periódicos nacionales centraban su atención en el cambio en el Gobierno, donde el ahora Vicepresidente Primero, ministro del Interior y portavoz del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, tiene la responsabilidad de remontar el vuelo de España y dar la cara por el Ejecutivo. La intención del cambio es obvia: mejorar la imagen de un Gobierno que parece haber perdido todo su crédito y que el propio Rubalcaba se posicione como futuro candidato a entrar en la Moncloa.
El miércoles todos esperabamos que tras la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2011, Celestino Corbacho se despidiera como ministro de Trabajo para formar parte del Partido Socialista de Cataluña en las elecciones autónomicas del 28 de noviembre. Sin embargo, Zapatero aprovechó la ocasión para dar un golpe de timón, como dice el diario La Vanguardia, y ascender al propio Rubalcaba y a Trinidad Jiménez, que pasa a ser responsable de Asuntos Exteriores; sustituir a Corbacho por el sindicalista Valeriano Gómez, a Jiménez por Leire Pajín en la cartera de Sanidad, y a Elena Espinosa por Rosa Aguilar en el Ministerio de Medio Ambiente; y que iconos de este Ejecutivo socialista como María Teresa Fernández de la Vega, Miguel Ángel Moratinos, Bibiana Aído y Beatriz Corredor abandonen su puesto.
La ya desgastada figura del presidente del Gobierno ha hecho cambios que, a primera vista, parece que le van a beneficiar. Y en este nuevo equipo de Gobierno hay un personaje al que hay que reconocerle que su gestión en labor antiterrorista está siendo impecable. ETA está más débil que nunca y en parte hay que agradecerselo a Alfredo Pérez Rubalcaba.
Las principales cabeceras nacionales también han puesto su atención a lo que está ocurriendo en Francia. Las movilizaciones en contra de la reforma de las pensiones son diarias y son de tal calibre que colapsan al país vecino. Hay que alabar la actitud de rebelión del pueblo galo, porque está demostrando que todas las generaciones se oponen a que sus derechos queden en ridículo.
La aprobación de los Presupuestos Generales del Estado gracias al apoyo del PNV y de Coalición Canaria ha sido objeto de muchas críticas. Todo parece indicar que los dos partidos minoritarios buscan intereses autonómico-nacionalistas en el País Vasco y mayor aportación económica para las Islas Canarias por parte del Gobierno por encima de la configuración de unas partidas presupuestarias mas austeras y que puedan abarcar mayores inversiones estatales.
Por último, la entrega de los premios Príncipe de Asturias tuvo como colofón el momento en el que el seleccionador español, Vicente Del Bosque, recogía el de los Deportes y se saltaba el protocolo para compartir el premio con su antecesor, Luis Aragonés. Debo decir que la actitud del entrenador de la selección española fue ejemplar y señorial, pero es cierto el dicho que dice que "de buenos somos tontos". Y hago referencia al ese dicho popular porque las críticas continuas y las declaraciones subidas de tono de Luis Arágonés durante el Mundial de Sudáfrica en contra de las decisiones de Del Bosque no le hacen muy merecedor de su aparición en la foto de la misma forma que a los campeones del mundo, ya que la actitud de éstos y del seleccionador durante la ceremonia fue "para quitarse el sombrero".
PABLO MANSILLA
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