Esta semana en lugar de realizar una entrevista he decidido vivir una mañana de trabajo con un hombre y una mujer encargados de la limpieza de edificios.
Manuel y María Luisa se levantan ambos sobre las 6 de la mañana y se dirigen a limpiar un bloque tras otro, según me confiensan, con la misma fuerza que el primer día.
Ambos empiezan la jornada llenando sus cubos de agua y preparando los botes de productos de limpieza que les ayudarán a dejar reluciente cada rincón.
Manuel reconoce que cuando empezó había algunos crueles ''amigos'' que veían este trabajo como algo de 'maricas'. Pero él desde el primer momento supo defenderse diciendo que este es un trabajo como otro cualquiera, que la fregona la inventó un hombre y no le puso sello de identidad.
Así que con ese coraje y ahora siendo padre de familia le ha demostrado a muchos de esos amigos, hoy en paro algunos, que lo importante es bucar un trabajo digno y luchar por sacar cada día adelante a su familia. María Luisa reconoce que ha sido un trabajo muy vinculado a la mujer hasta hace poco tiempo, fruto de la sociedad en la que se vivía inmerso tras una dictadura machista y anti-feminista. Pero poco a poco ha ido
codeandose con muchos compañeros, hombres que según ella lo pueden hacer hasta mejor que una mujer.
Suben y bajan por el ascensor y escaleras, limpian con entusiasmo cada planta acompañados de un pinganillo que lleva la música desde su bolsillo. Eso sí ambos coinciden en dejar un oído abierto al mundo, para saludar a los vecinos, hablar con ellos y desearles un buen día. ''Ellos nos dan también los buenos días y nos desean que sea leve el trabajo, eso nos reconforta'', admite Manuel.
Llegada la media mañana cuelgan sus batas, guardan los cubos y van soltando sus productos de limpieza para terminar la jornada. Para Manuel la cosa no acaba aquí ya que por las tardes ayuda a su esposa en una tienda de ultramarinos.
Antes hará lo mismo que María Luisa comprar algo para preparar la rica comida que los niños ansiados esperan en casa.
Un hombre y una mujer, dos sexos con una vida muy parecida.
Por expreso deseo de ambos no se les hizo fotografía, pero agradezco su gran amabilidad.
Luis Algoró.
Manuel y María Luisa se levantan ambos sobre las 6 de la mañana y se dirigen a limpiar un bloque tras otro, según me confiensan, con la misma fuerza que el primer día.
Ambos empiezan la jornada llenando sus cubos de agua y preparando los botes de productos de limpieza que les ayudarán a dejar reluciente cada rincón.
Manuel reconoce que cuando empezó había algunos crueles ''amigos'' que veían este trabajo como algo de 'maricas'. Pero él desde el primer momento supo defenderse diciendo que este es un trabajo como otro cualquiera, que la fregona la inventó un hombre y no le puso sello de identidad.
Así que con ese coraje y ahora siendo padre de familia le ha demostrado a muchos de esos amigos, hoy en paro algunos, que lo importante es bucar un trabajo digno y luchar por sacar cada día adelante a su familia. María Luisa reconoce que ha sido un trabajo muy vinculado a la mujer hasta hace poco tiempo, fruto de la sociedad en la que se vivía inmerso tras una dictadura machista y anti-feminista. Pero poco a poco ha ido
codeandose con muchos compañeros, hombres que según ella lo pueden hacer hasta mejor que una mujer. Suben y bajan por el ascensor y escaleras, limpian con entusiasmo cada planta acompañados de un pinganillo que lleva la música desde su bolsillo. Eso sí ambos coinciden en dejar un oído abierto al mundo, para saludar a los vecinos, hablar con ellos y desearles un buen día. ''Ellos nos dan también los buenos días y nos desean que sea leve el trabajo, eso nos reconforta'', admite Manuel.
Llegada la media mañana cuelgan sus batas, guardan los cubos y van soltando sus productos de limpieza para terminar la jornada. Para Manuel la cosa no acaba aquí ya que por las tardes ayuda a su esposa en una tienda de ultramarinos.
Antes hará lo mismo que María Luisa comprar algo para preparar la rica comida que los niños ansiados esperan en casa.
Un hombre y una mujer, dos sexos con una vida muy parecida.
Por expreso deseo de ambos no se les hizo fotografía, pero agradezco su gran amabilidad.
Luis Algoró.
1 comentario:
Como tu bien dices:"Es la persona no el sexo".
Cuando hay ganas e ilusión en el trabajo bien hecho, ¿que más da hombre o mujer?.
Luis... enhorabuena por tu blog, no te preocupes que ya iré pasando por aquí de vez en cuando.
Haber si le hago algunos cambios al mio y te enlazo ¿conforme?.
Cuídate... tolón-tolón.
Besitos
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