Hay días en los que la rutina y los nervios en época de exámenes te hacen pararte a reflexionar sobre cosas tan importantes y que a veces las dejamos de lado. Hoy quiero hablar sobre la amistad verdadera que se materializa en los amigos y amigas de camino, de sendero, de vida.
La amistad es ese amuleto que te acompaña en cada decisión, esa palabra que llega sin que la busques aunque la necesites, ese abrazo y beso en cada llegada. La amistad te enseña a descubrirla por sí sola. Hay quien dice que tras una amistad tormentosa llega la enemistad, pero pienso que jamás una amistad vivida desde el corazón podrá tornarse en negro corazón. Entonces eso no era amistad, sino relación. Hay quien piensa que los amigos de la infancia desaparecen y solo algunos se guardan para siempre.
La amistad de la infancia es la única capaz de ser recordada en los últimos momentos de tu vida, cuando de nuevo vuelves a ser aquel niño. El tesoro que hay que guardar, en el que hay que emplear el mismo tiempo en conservarlo que en conseguirlo, en el que todo esfuerzo se queda corto por agradar al que te enseña los verdaderos caminos de la vida, para caminar juntos de la mano.
El amigo, es esa semilla que llena de flores tu camino, ese recogedor de piedras que se plantan sin saber porqué en el sendero y es esa cometa que alza tu vuelo intentando que llegues lo más lejos posible, pero sin dejar de terminar pisando la tierra firme. Dice un proverbio que los amigos son como la salud, nunca conoces su gran valor hasta que la pierdes. Hay quien perdió la salud pero la recuperó gracias a esos sembradores de alegría, los sencillos, leales y verdaderos amigos.
La razón de seguir adelante te la da la amistad. Siempre habrá alguien esperando a que le tiendas tu mano, siempre habrá una mano dispuesta a ser tu mano amiga.
Con cariño, a mis amigos...
Luis Algoró.
La amistad es ese amuleto que te acompaña en cada decisión, esa palabra que llega sin que la busques aunque la necesites, ese abrazo y beso en cada llegada. La amistad te enseña a descubrirla por sí sola. Hay quien dice que tras una amistad tormentosa llega la enemistad, pero pienso que jamás una amistad vivida desde el corazón podrá tornarse en negro corazón. Entonces eso no era amistad, sino relación. Hay quien piensa que los amigos de la infancia desaparecen y solo algunos se guardan para siempre.
La amistad de la infancia es la única capaz de ser recordada en los últimos momentos de tu vida, cuando de nuevo vuelves a ser aquel niño. El tesoro que hay que guardar, en el que hay que emplear el mismo tiempo en conservarlo que en conseguirlo, en el que todo esfuerzo se queda corto por agradar al que te enseña los verdaderos caminos de la vida, para caminar juntos de la mano.
El amigo, es esa semilla que llena de flores tu camino, ese recogedor de piedras que se plantan sin saber porqué en el sendero y es esa cometa que alza tu vuelo intentando que llegues lo más lejos posible, pero sin dejar de terminar pisando la tierra firme. Dice un proverbio que los amigos son como la salud, nunca conoces su gran valor hasta que la pierdes. Hay quien perdió la salud pero la recuperó gracias a esos sembradores de alegría, los sencillos, leales y verdaderos amigos.
La razón de seguir adelante te la da la amistad. Siempre habrá alguien esperando a que le tiendas tu mano, siempre habrá una mano dispuesta a ser tu mano amiga.
Con cariño, a mis amigos...
Luis Algoró.
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