Dirigida por una de las mayores figuras de nuestra historia del cine, Clint Eastwood, reúne todos los ingredientes para no decepcionar al espectador. De una narrativa simple lineal, con apenas algunos flashbacks, y de estructura y planificación clásica, nos trae un estremecedor relato de una gran carga social como acostumbra el cineasta y que ya hemos visto en otras de sus obras como Mystic River o Million Dollar Baby.
Contiene una espléndida ambientación tanto en el vestuario como en el decorado, con incluso, los tranvías rojos de la época. En su empeño de ser fieles a la realidad, para rodar la pequeña granja de los Northcott el equipo se desplazó hasta la granja original, sin embargo el barrio de los Collins había sido demolido y el aspecto original de la ciudad había variado casi al completo, lo que complicó el trabajo. Un detalle curioso es la centralita de teléfonos en la que las chicas trabajaban con los tacones puestos incluso con patines.
En definitiva, un trabajo excelente por parte tanto de la producción como del reparto, con una estupenda interpretación por parte de Angelina Jolie y una sobrecogedora e intensa actuación de Jason Butler Harner (Gordon Northcott). Una película turbadora y desconcertante que te dejará grabada como acero incandescente la frase ¿dónde está mi hijo? y que fue una realidad por mucho que parezca ciencia ficción.
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