ALGOROCONTIGO

Madre mía de mi alma la que se ha liado en mi ciudad, que, como sabéis, es Jaén, por temor de la posible venida y del posible desembarco de la gigantesca firma de menaje y muebles del hogar, Ikea. Resulta, por lo que uno ha leído en los periódicos, que la firma nórdica pretendía instalarse en suelo ‘granaino’ pero, por lo visto, ha habido no se qué problemas con el consistorio de aquella ciudad y otros problemicas ‘fuera parte’ (que la verdad, yo no me he enterado bien) y resulta que ahora Ikea (que, por lo visto, tiene planes de instalarse fuertemente en Andalucía Oriental) ha puesto sus ojicos en la ciudad del Santo Reino, Jaén, para instalar un macro centro de esos ‘mu’ grandes con muchas lucecicas y muchas cosicas, tantas que seguro que habrá hasta caballicos de esos que le echas una monedica y pasean a los niños y seguro que habrá una piscina de bolas y muchas, muchas cosas más. Vamos que Disneyland al lado del Ikea que nos van a poner va a ser un Tanatorio.

En fin, que el planteamiento en sí es bastante bueno y la verdad es que la noticia ha desatado la euforia colectiva en Jaén, máxime cuando ya se rumorea que el Ikea ha empezado a establecer contactos (que erótico suena eso de “contactos”) con el ayuntamiento a ver si este le cede o le pone baratica una parcelica lo suficientemente grande como para meter el macro centro Ikeniano con sus respectivas quinientas cincuenta mil cuatrocientas treinta y cuatro plazas de parking para que no suponga un problema aparcar el coche, la moto o el carromato para que se pueda trasladar sin problema la mesa hecha ‘peacicos’ hasta el medio de transporte elegido.

Bueno hasta aquí todo normal y todo bien pero, claro, nadie había pensado en los pobreticos trabajadores del pequeño comercio, el tradicional, el de toda la vida, el de al ‘laíco’ de casa, el de la Paquita, el Manolico, la María, etc. Así que normal que los pobreticos, hayan salido en los medios diciendo que están ahí y que, entre la algarabía general, a ellos que llegue el Ikea les mosquea más que la Navidad a los pavos y no les gusta y es normal.

El caso, pues, es, a priori, bastante complicado y promete nuevos episodios pero yo personalmente creo que las grandes superficies están muy bien, ofrecen precios muy competitivos al cliente y también crean puestos de trabajo a la par que ofrecen alternativas de ocio importantes para todos pero también considero que no debemos olvidar a las tiendecicas cercanas, al pequeño comercio, a los peces chiquiticos, en definitiva para que todos tengamos derecho a vivir y a desarrollar nuestros proyectos vitales y estoy seguro que, con el apoyo de las administraciones y de los ciudadanos a los más pequeños y con la comprensión de los grandes, podemos llegar a un equilibrio que reparta felicidad y pan a los comerciantes de todo rango, trabajo para los que no lo tienen y calidad y buenos productos y precios, en definitiva, a los ‘sufríos’ consumidores que los esperan como agua de mayo, algo que es posible fácilmente con entendimiento y buena predisposición. Ánimo a todos.

JULIO MORENO