NOTICIA: LOS DESAPARECIDOS MALAGUEÑOS EN LA INDIA YA ESTÁN EN CASA

«Estamos locos por verlos». Con estas cuatro palabras apuraba Pedro Ruiz los restos de la angustia y la ansiedad que ha vivido su familia y la de su cuñado durante las últimas semanas. Lo dijo horas antes de la llegada al Aeropuerto de Málaga de su hermana Encarnación y su novio Juan Marmolejo, los dos malagueños que estuvieron en paradero desconocido durante quince días como consecuencia de las inundaciones que afectaron a la región de Ladakh, en el Himalaya, en las que perecieron más de un centenar de personas.

Encarnación y Juan aterrizaron en la capital sobre las 20.15 horas en un vuelo procedente de Londres y sus rostros reflejaban que por fin estaban en casa. Ojeras y algunos kilos menos evidenciaban el cansancio de un viaje que a buen seguro no podrán olvidar. Y no por el peligro que han corrido y del que aún ayer parecían no ser conscientes, sino por la muerte, la destrucción y las decenas de miles de damnificados que han dejado en la India. Esas fueron las primeras palabras que esta pareja transmitió a los medios de comunicación que los esperaban en el Aeropuerto malagueño.

«El viaje ha sido una gran experiencia. Estamos muy contentos de estar en casa, pero lo que realmente nos preocupa es lo que hemos dejado allí», afirmó muy seria Encarnación, de 36 años y profesora de Primaria. Estos aventureros se referían a lo que vivieron poco después de ser localizados. «La situación allí es catastrófica y lo peor está aún por llegar», insistió la joven al explicar que la población afectada por las inundaciones se tiene que enfrentar todavía «a un invierno muy duro». «Allí se enfrentan a temperaturas de -20 y -30 grados bajo cero», añadió Ruiz.Tampoco faltaron las críticas. Encarnación y Juan coincidieron en que la ayuda humanitaria internacional recibida por el país asiático es escasa, señalando especialmente la poca contribución de la Unión Europea. «Esperemos que las ayudas lleguen muy pronto», insistió Marmolejo.

Y sí, la pareja volvería a realizar el viaje lo antes posible para poder ayudar a la normalización de la región más afectada por las inundaciones y las avalanchas de barro con sus propias manos. Ante la pregunta de si temieron por sus vidas, la pareja se miró a los ojos durante unos segundos antes de responder. «No, por nuestras vidas no», apuntó Marmolejo, cocinero de 34 años que también se dedica a la agricultura ecológica en Alhaurín el Grande.

Incluso, la pareja ya ha pensado en comenzar su trabajo desde Málaga, ya que Encarnación explicó que se han planteado recaudar fondos con destino a los más necesitados por la catástrofe: «Queremos hacer una causa. Hemos visto a muchísimos turistas como nosotros quitando piedras y barro con sus propias manos para ayudar, pero eso es insuficiente».Esta pareja partió hacia la India el pasado 5 de julio, llegando a Nueva Delhi tres días después. Su objetivo era permanecer en tierras indias durante cerca de dos meses, hasta finales de agosto. La comunicación con sus familias era semanal, según explicó hace unos días la familia de Encarnación a través de su hermano Emilio.

Sin embargo, la última noticia que recibieron de ellos fue a través de un correo electrónico enviado el pasado 27 de julio, en el que informaron de que habían cambiado de planes y, finalmente, no irían a Nepal, sino a la zona de la ciudad de Leh, en lo que se conoce como Pequeño Tíbet, para hacer una ruta de trekking. Ese mensaje fue el último contacto que estos aficionados al senderismo y a la escalada entablaron con sus familias. La falta de información oficial y las noticias de la catástrofe humanitaria que llegaban desde la India no ayudaron demasiado a unos familiares que no supieron nada de ellos hasta el pasado día 11 de agosto.

Ese día, sobre las 8.30 horas, Encarnación llamó a su madre para decirle que estaban vivos «gracias a que se habían ido a la montaña». Ese mismo día, un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación anunciaba que los dos turistas malagueños estaban «exhaustos pero en buen estado».Ambos lograron llegar a la ciudad de Leh caminando y, como al resto de españoles, se les dio la posibilidad de ser evacuados a Nueva Delhi. A todos menos a Lourdes Morro, la mallorquina que no sobrevivió a la catástrofe y que ayer obtuvo palabras de cariño de esta pareja malagueña.

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