Hoy quiero dedicar unas palabras a esos que nos lo dan todo, que nos miman, que son seres entrañables y mágicos, nuestros abuelos. Alguien decidió ponerle al calendario un día dedicado a los abuelos y decididió este 26 de julio, Santa Ana y San Joaquín, los abuelos del niño que nació en Belén.
Cuantos momentos hemos compartido con los expertos de la vida, esos que han trabajado toda una vida para ahora darnos sus consejos y enseñarnos día a día con sus vivencias. El amor que los abuelos desprenden es inmenso y no hay cosa más bella que poder tenerlos entre tus brazos.
Cuando se van tratas de tirar de ellos como si de una cuerda se tratasen para hacerlos volver a la tierra sin querer dejarlos escapar al cielo, donde serán nuestros ángeles de la guarda. Yo no pude conocer a mi abuelo paterno pero todo el mundo me dice que mire a los ojos de mi padre y lo veré a él, que vea como actúa mi tío y sentiré como actuaba él o que aprecie la simpatía de mi otro tio y lograré reírme con él, por eso tengo la sensación de haberlo conocido siempre.
Sin embargo, si ví marchar a mi abuelo materno, el hombre que bajo una gorrilla y sobre un bastón entonaba miles de canciones, mal cantadas, pero que nos hacían jugar con él y unirnos a su canto. Ojalá pudiese volver a apretar su mano ancha y sin arrugas llena de manchas por la vejez. Desearía poder volver a tocar su cabello blanco por los años que poco a poco dejaban ver los claros marcados por la vida y me encantaría poder correr alrededor de la mesa para que su cinturón no me pillase para regañarme y al final terminar en una carcajada, algo que heredó mi madre.
Ahora sigo dando todo mi cariño a mis abuelas, esas que siguen pisando fuerte la tierra y que algún día marcharán, pero mientras seguiré siendo su aliento y su bastón o la memoria cuando a ellas, como ya le sucede a mi abuela María, les vaya fallando. Porque mi memoria jamás olvidará los momentos que con mis abuelos viví.
Disfrutad de vuestros mayores, esos abuelos tiernos y silenciosos que siempre estarán a tu lado e intentad no dejarlos apartados en ningún rincón, por mucho que a eso le llamen residencia, siempre que haya corazones con disponibilidad para atenderlos. Ellos hicieron todo lo posible por cuidarnos, ahora es nuestro turno.
A LOS ABUELOS...
LUIS ALGORÓ
Cuantos momentos hemos compartido con los expertos de la vida, esos que han trabajado toda una vida para ahora darnos sus consejos y enseñarnos día a día con sus vivencias. El amor que los abuelos desprenden es inmenso y no hay cosa más bella que poder tenerlos entre tus brazos.
Cuando se van tratas de tirar de ellos como si de una cuerda se tratasen para hacerlos volver a la tierra sin querer dejarlos escapar al cielo, donde serán nuestros ángeles de la guarda. Yo no pude conocer a mi abuelo paterno pero todo el mundo me dice que mire a los ojos de mi padre y lo veré a él, que vea como actúa mi tío y sentiré como actuaba él o que aprecie la simpatía de mi otro tio y lograré reírme con él, por eso tengo la sensación de haberlo conocido siempre.
Sin embargo, si ví marchar a mi abuelo materno, el hombre que bajo una gorrilla y sobre un bastón entonaba miles de canciones, mal cantadas, pero que nos hacían jugar con él y unirnos a su canto. Ojalá pudiese volver a apretar su mano ancha y sin arrugas llena de manchas por la vejez. Desearía poder volver a tocar su cabello blanco por los años que poco a poco dejaban ver los claros marcados por la vida y me encantaría poder correr alrededor de la mesa para que su cinturón no me pillase para regañarme y al final terminar en una carcajada, algo que heredó mi madre.
Ahora sigo dando todo mi cariño a mis abuelas, esas que siguen pisando fuerte la tierra y que algún día marcharán, pero mientras seguiré siendo su aliento y su bastón o la memoria cuando a ellas, como ya le sucede a mi abuela María, les vaya fallando. Porque mi memoria jamás olvidará los momentos que con mis abuelos viví.
Disfrutad de vuestros mayores, esos abuelos tiernos y silenciosos que siempre estarán a tu lado e intentad no dejarlos apartados en ningún rincón, por mucho que a eso le llamen residencia, siempre que haya corazones con disponibilidad para atenderlos. Ellos hicieron todo lo posible por cuidarnos, ahora es nuestro turno.
A LOS ABUELOS...
LUIS ALGORÓ
1 comentario:
Ya echaba de menos hacer algun comentario en el blog y la verdad que mejor que dedicarlo a nuestros mayores, a esos abuelos que pasan por nuestras vidas dejando huella sin ninguna duda, los hayamos conocido o no.
Gracias por recordarme de nuevo el cariño de aquellos que se me fueron y que tantas veces hecho de menos.
Te quiero Avi
Fran Burgos
Publicar un comentario