JULIO MORENO: Por favor, consulte con su administrador y con el Piraña...

No hace falta ser un filósofo tipo Kant, Platón o Aristóteles o del tipo de personas que se pasan la vida encerrados en una cueva oscura en medio de los montes (donde hasta la cobertura de vodafone pierde su nombre) meditando sobre la vida para darse cuenta de que una cosa es la teoría y otra cosa es la práctica. Creo yo que todos, en algún momento de nuestras existencias, hemos experimentado esto y hemos sufrido (o gozado) en nuestras carnes la diferencia entre la idea puesta sobre el papel y la misma idea puesta sobre el terreno a funcionar (o a no funcionar, claro).

O si no, por ejemplo, ¿cuántas veces habéis recibido por respuesta en vuestros ordenadores (y otros electrodomésticos) una página o mensaje de error cuando intentabais acceder a alguna página web o a hacer alguna cosa con el aparatico de marras? Muchas, ¿verdad? Y (lo que es mejor), ¿cuántas veces habéis hecho al pie de la letra lo que ese mensaje de error indicaba para resolver el problema? Posiblemente, ninguna (al menos en mi caso es así y así sigo, sin conocer personalmente a mi administrador, aunque la página de error diga que consulte con él).

Pero ahí no queda la cosa, porque… ¿cuántas veces habéis leído realmente lo que esa página de error decía? Lo más seguro es que ninguna y que lo que verdaderamente hayáis hecho es simplemente dejaros llevar y asustaros (con más miedo que siete viejecicas) cuando el mensaje de error aparece y (como viene siendo tradicional) os hayais limitado a reiniciar el “pecé”, a enchufar y desenchufar el aparatico del internet o incluso a apagar/encender el electrodoméstico en cuestión o a reiniciarlo también de alguna manera.

Ahora bien, pregunta del millón para aquellos eruditos y doctos en el tema que lo hayan hecho y que hayan tenido la santísima paciencia de pararse a leer en medio del problemón: ¿realmente siguiendo las instrucciones paso a paso del mensaje de error se soluciona el dislate? Muy posiblemente no, por lo que seguro que habéis acabado (vuelta a la situación anterior) apagando/encendiendo el aparatico en cuestión o reiniciándolo de alguna manera y perdiendo la fe para siempre en las soluciones teóricas del mensaje de error, aunque vosotros seguro que ya conoceréis personalmente a vuestro administrador y os iréis con él por ahí de cañicas y todo.

En fin, una vez ya estamos psicoanalizados de nuestros “más” y nuestros “menos” con los ordenadores y otros aparaticos, ya se puede decir que, de la misma manera que la realidad supera a la ficción, así la teoría (aunque me peguen la señorita Rottermeyer y el administrador) se queda chiquitica al lado de la práctica.

Pero,… ¿es que está mal prestar más atención a la práctica que a la teoría? Yo personalmente creo que no. Es más, creo que darle prioridad a los casos prácticos frente a la fría teoría no es más que adaptarse a la realidad con dosis de experiencia, al tiempo que escapamos como rata por tirante de las presiones teóricas que, a veces, son difíciles de llevar a cabo y nos imponen unas metas inalcanzables sin dejarnos ver que en la práctica y en la imperfección se encuentra muchas veces la alegría de saberse imperfectos y, entre otras cosas, también la felicidad por habernos librado (por mor de la práctica) de leernos el libraco de instrucciones de la tele nueva que es más gordo que el bocata de mortadela con aceitunas del Piraña.

JULIO MORENO