En el alocado ritmo que llevamos en nuestras vidas actualmente hay una palabra que se ha vuelto inseparable compañera de la rutina. El estrés. Nadie escapa de los tentáculos de la prisa y quien más quien menos, sufre o ha sufrido este mal en algún momento de su vida.
Según el RAE <<>>
Tenemos vehículos que nos llevan rápidamente al sitio al que queremos llegar, teléfonos y ordenadores que llevan nuestros mensajes en segundos a cualquier parte del mundo y que nos facilitan muchas tareas los electrodomésticos.
Pero no por eso tenemos más tiempo libre ni disfrutamos del momento ni de la familia, aunque sí muchos compromisos laborales, académicos, sociales… tanto niños como adultos vivimos envueltos en una maraña de actividades que llenan el día a día: levantarse temprano ir al colegio o al trabajo, llevar el niño a clases de inglés, de fútbol, de violín, a la piscina, nuestro afán de ser perfectos nos pasa factura y claro está eso tiene sus consecuencias.
El origen histórico de esta palabra surge con Hans Selye (1907-1982) Fisiólogo y médico vienés, también director del Instituto de Medicina y Cirugía Experimental de
Es difícil evitar tener estrés en los tiempos que corren, pero se pueden minimizar sus efectos, y aquí están algunos consejos:
1. Procura determinar tu grado de tolerancia al estrés y tus límites, e intentar vivir dentro de esos límites.
2. Sé realista. Si te sientes abrumado por la cantidad de actividades que has de realizar, elimina algunas de ellas.
3. No seas excesivamente perfeccionista. Nadie es perfecto, de modo que no esperes la perfección de ti o de los demás.
4. Medita o reflexiona durante un rato cada día. 20 minutos de reflexión en calma puede aliviar el estrés crónico, así como aumentar tu tolerancia a él.
5. Visualización. Usa tu imaginación para verte a ti mismo/a manejando una situación estresante con éxito.
6. Haz las cosas de una en una., establecer prioridades, hacer una lista con todas las tareas y comenzar por la más importante.
7. Haz ejercicio. 20 o 30 minutos de actividad física es beneficiosa tanto para la mente como para el cuerpo.
8. Practica aficiones.
9. Mantén un estilo de vida sano: alimentación sana y nutritiva, limitar la ingesta de cafeína y alcohol, dormir las horas suficientes, hacer ejercicio, etc.
10. escuchar a los demás, ser flexible y aprender a delegar.
Fuentes:Varios
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