Cuando nos dejan, cuando abandonan una vida llena de momentos y dejan su alma ascender hacia el cielo dejando caer miles de recuerdos al pozo de la tristeza en gotas de lluvia, se hace el silencio.
Al decirles adiós, viene a la mente cada abrazo, cada sonrisa, cada palabra que cobra vida con el paso del tiempo, cada mirada que se convierte en la luz que nos acompaña desde arriba, donde todo es verdad, donde la falsedad no tiene cabida.
Se marchan, no vuelven pero están. Permanecen atentos a todo lo que ocurre y caminen a nuestro lado allanando caminos, llegando a convencernos de que la vida son dos días y que cada día es cuestión de minutos.
Cada sueño sin cumplir es como una promesa por hacer que queda sin fuerza tras abandonar la vida que fue, la vida en la que ni siquiera existe la seguridad de reír, la tranquilidad de llorar sin vergüenza y la voluntad de dar para no recibir es escasa. Se van, se fueron y dejan un eterno silencio en el que la mejor respuesta es el respeto.
A los que se fueron y hoy especialmente al actor, Paul Newman .D.E.P.
CON CARIÑO, LUIS ALGORÓ.
Al decirles adiós, viene a la mente cada abrazo, cada sonrisa, cada palabra que cobra vida con el paso del tiempo, cada mirada que se convierte en la luz que nos acompaña desde arriba, donde todo es verdad, donde la falsedad no tiene cabida.
Se marchan, no vuelven pero están. Permanecen atentos a todo lo que ocurre y caminen a nuestro lado allanando caminos, llegando a convencernos de que la vida son dos días y que cada día es cuestión de minutos.
Cada sueño sin cumplir es como una promesa por hacer que queda sin fuerza tras abandonar la vida que fue, la vida en la que ni siquiera existe la seguridad de reír, la tranquilidad de llorar sin vergüenza y la voluntad de dar para no recibir es escasa. Se van, se fueron y dejan un eterno silencio en el que la mejor respuesta es el respeto.
A los que se fueron y hoy especialmente al actor, Paul Newman .D.E.P.
CON CARIÑO, LUIS ALGORÓ.
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