Hoy es lunes de nuevo, pero ya las calles dejan de oler a incienso, las velas se apagan, la piel de ángel de nuestro Señor Cautivo ya se guarda con cuidado, las estrellas suben al cielo y de nuevo hago frente a esta realidad, que no es otra que la vida.
Pero en este texto de hoy quiero agradecer a alguien muy especial sus palabras, su manera directa de arreglar los problemas, su siempre entera disposición a escucharme sin miedo a las tormentas que otros hacen de una simple lluvia. Gracias por tu voz, por tus palabras de ánimo, por tu sonrisa desde la distancia, por estar tan cerca cuando nos separan unos kilómetros. Pero de nuevo volveremos a mirarnos los ojos mañana , de nuevo podré darte las gracias en persona, aunque tu no las quieras escuchar, yo estoy obligado a admirarte, a elogiarte y darte el mayor agradecimiento que brota de este pequeño corazón.
Quizás sea borde, así me hizo el que me diseñó, quizás sea demasiado directo, al menos no soy falso, quizás me emocione con los problemas, pero es que tengo sentimientos...
Hoy no quiero dejar pasar a esas personas que me han dado su apoyo cuando otros me han dado la espalda o simplemente han pasado de largo sin detenerse, no saben lo que me hacen sentir.
Pero especialmente le dedico este rinconcito de mi blog que nace cada lunes, a una persona con nombre capicuo y con un corazón que no tiene límites para ser medido.
Así es mi vida, siguiendo con la vida, batallando con ella, agradeciendo...
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