El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha presentado este miércoles su novedoso plan de supervisión financiera para reforzar el control de los mercados dotando de más poder a la Reserva Federal con el objetivo de evitar que crisis como la originada por las hipotecas basura o subprime puedan repetirse en un futuro. El proyecto que ha presentado la Administración al Congreso, permitirá a las autoridades federales tomar el control o decidir la liquidación de grandes empresas para evitar la bancarrota de aquellas cuya caída pueda poner en peligro la solvencia de todo el sistema.
Entre las novedades del plan que ha dado a conocer la Casa Blanca destacan la creación de una agencia de protección de los consumidores, más control sobre productos financieros exóticos como los derivados de crédito y la obligación de que una gran mayoría de las empresas que hasta ahora operaban al margen del sistema bancario, pasen ahora a estar bajo supervisión de las autoridades, con la exigencia de dotarse de reservas y con una mayor vigilancia de sus sistemas de pagos.
Obama ha culpado a la falta de estructuras adecuadas para prevenir los abusos y los excesos de la actual crisis y ha señalado que tras esta situación se esconde la "cultura de la irresponabilidad" que se adueñó de Wall Street y Washington. "Sabemos que esta recesión no es el resultado de un fracaso, sino de muchos. Muchos de los difíciles desafíos que afrontamos son producto de una cascada de errores y oportunidades perdidas durante varias décadas", ha insistido.
La reforma, que supone la transformación más ambiciosa del sector desde la crisis de los años 30 y que afecta a casi todos sus rincones que hasta ahora permanecían fuera del control del Tesoro o la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en ingles), responde a la voluntad de Obama "de dar luz" al mercado de productos financieros.
Aunque, para apaciguar las críticas de los legisladores contra el aumento del intervencionismo de la Fed, algunas de sus competencias -controlar las condiciones de las hipotecas, tarjetas de crédito u otros productos de gran consumo-, pasarán a estar bajo el ámbito de la nueva agencia de protección del consumidor. En cualquier caso, según añade el The New York Times, la Casa Blanca confía en logra el apoyo de las cámaras para sacar adelante el proyecto.
fuente:elpais.com
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