Ya estoy de vuelta y una semana mas poniendo letras a esta sección que es reflejo de mi realidad.
Esta semana quiero dedicar estas líneas al Rocío que he tenido la oportunidad de vivir rodeado de mis seres queridos. Ha sido una romería especial, con otro color, con otro sonido y llena como siempre de miles de sentimientos encontrados ante las plantas de la Patrona de Almonte.
Llegar a la Aldea supuso para mí un volver a la vida, volver a mi mundo. Pude compartir con Málaga los últimos tramos de su camino hacia la aldea almonteña desde Hinojos cruzando el Puente del Ajolí viviendo el encuentro con la Hermandad La Caleta de Málaga. Además viví otras llegadas como la de la Hermandad de Huelva o la de Almonte. En las lágrimas de los peregrinos iban las mías, en los abrazos de los romeros todos mis sentimientos y en el ambiente volvía a sentir el amor por el Rocío y por la Blanca Paloma.
Como decía al comienzo éste ha sido un año ESPECIAL, en todos los sentidos. Era especial porque tras mi ingreso hospitalario fui a verla el día de las madres y le pedí que volviese a verla con un diagnóstico claro. Cuando la miré a los ojos el pasado miércoles le agradecí que hubiesen puesto nombre a mi enfermedad, pero estando allí me informaron que deben seguir mirándome porque en las últimas pruebas se aprecian descompesaciones en los valores del páncreas. Así que volví a venirme del Rocío pidiéndole a la Virgen por mi salud y por supuesto, por la de todos mis seres queridos.
Además este año pude llegar a la Ermita con dos personas maravillosas por las que el año pasado les pedí y que no estaban en aquel Rocío 2008. Mi sobrina y mi novia. Celia con sus 9 meses iba a su primer Rocío vestida de fuxia y blanco preciosa como es ella siendo una bonita rociera que cautivaba a todo el que pasaba. Con sus manitas comenzaba a bailar y disfrutaba enormemente del ambiente romero.
Pero para mí el ir de la mano de Marina era algo más que bonito, era hacer de éste mi mejor Rocío. Pude pasear con ella por las marismas, conversar de lo que se vive y siente en estos días de romería y caminar por las arenas rocieras. Jamás olvidaré este primer Rocío junto a ella, y ojalá le haya servido para sembrar en su alma la semilla rociera que tanto me ayuda a caminar.
Gracias por ser estrella, marisma y sevillana de este Rocío. Y que sean muchos más a tu lado.
Son muchos los factores que lo han hecho distinto y único. Por eso hoy quería dedicarle mi sección a estos días de romería. Sin más pedirle a la Blanca Paloma que nos ilumine a todos, en épocas de exámenes y nervios y nos de SALUD Y AMOR para seguir caminando.
Saludos.
Luis Algoró.
Esta semana quiero dedicar estas líneas al Rocío que he tenido la oportunidad de vivir rodeado de mis seres queridos. Ha sido una romería especial, con otro color, con otro sonido y llena como siempre de miles de sentimientos encontrados ante las plantas de la Patrona de Almonte.
Llegar a la Aldea supuso para mí un volver a la vida, volver a mi mundo. Pude compartir con Málaga los últimos tramos de su camino hacia la aldea almonteña desde Hinojos cruzando el Puente del Ajolí viviendo el encuentro con la Hermandad La Caleta de Málaga. Además viví otras llegadas como la de la Hermandad de Huelva o la de Almonte. En las lágrimas de los peregrinos iban las mías, en los abrazos de los romeros todos mis sentimientos y en el ambiente volvía a sentir el amor por el Rocío y por la Blanca Paloma.
Como decía al comienzo éste ha sido un año ESPECIAL, en todos los sentidos. Era especial porque tras mi ingreso hospitalario fui a verla el día de las madres y le pedí que volviese a verla con un diagnóstico claro. Cuando la miré a los ojos el pasado miércoles le agradecí que hubiesen puesto nombre a mi enfermedad, pero estando allí me informaron que deben seguir mirándome porque en las últimas pruebas se aprecian descompesaciones en los valores del páncreas. Así que volví a venirme del Rocío pidiéndole a la Virgen por mi salud y por supuesto, por la de todos mis seres queridos.
Además este año pude llegar a la Ermita con dos personas maravillosas por las que el año pasado les pedí y que no estaban en aquel Rocío 2008. Mi sobrina y mi novia. Celia con sus 9 meses iba a su primer Rocío vestida de fuxia y blanco preciosa como es ella siendo una bonita rociera que cautivaba a todo el que pasaba. Con sus manitas comenzaba a bailar y disfrutaba enormemente del ambiente romero.
Pero para mí el ir de la mano de Marina era algo más que bonito, era hacer de éste mi mejor Rocío. Pude pasear con ella por las marismas, conversar de lo que se vive y siente en estos días de romería y caminar por las arenas rocieras. Jamás olvidaré este primer Rocío junto a ella, y ojalá le haya servido para sembrar en su alma la semilla rociera que tanto me ayuda a caminar.
Gracias por ser estrella, marisma y sevillana de este Rocío. Y que sean muchos más a tu lado.
Son muchos los factores que lo han hecho distinto y único. Por eso hoy quería dedicarle mi sección a estos días de romería. Sin más pedirle a la Blanca Paloma que nos ilumine a todos, en épocas de exámenes y nervios y nos de SALUD Y AMOR para seguir caminando.
Saludos.
Luis Algoró.
No hay comentarios:
Publicar un comentario