ANDALUCÍA, QUERIDA AMIGA, UN AÑO MÁS VUELVO A HABLAR CONTIGO, UN AÑO MÁS RECORRO TUS CAMINOS Y VEREDAS PARA GRITAR AL MUNDO QUE EXISTE ANDALUCÍA, QUE VIVE MI TIERRA.
Qué decir de ti amiga mía que no haya dicho antes, qué demostrar para que te traten como te mereces, qué enseñar para que vean que eres la máxima profesora del arte.
La tierra de la gastronomía auténtica y sana. España es un país de buenos platos y de grandes vinos pero nuestra tierra se hace mágica con su gazpacho, su gazpachuelo, el pescaíto marinero, las porras, el salmorejo, las aceitunas de Jaén, el buen aceite y los vinos de Montilla Moriles o el vino dulce de Málaga.
Andalucía es tierra de contraste, tierra de buena gente, de arte, de ilusión, de vida, tierra de costa y ciudad, tierra de pueblo y montaña, tierra de sueños cumplidos. Estrellas en el cielo brillan cuando el coto de Doñana se oculta en la noche y estrellas como Banderas, Diana Navarro, Isabel Pantoja, Manolo Sarriá, Antonio Ordóñez, Jaime Cantizano, Carlos Herrera, Berni Rodríguez, Victorio y Luccino y un sin fin de grandes nombres, que mojaron sus manos en el Mediterráneo y el Atlántico y secaron su sudor en los campos de mi tierra.
Querida amiga, querida estrella. Todos los caminos equivocadamente llegan a Roma, porque si llegasen a esta tierra jamás tendrían continuación, porque quien llega no pude nunca no regresar más. Tiene encanto especial, está llena del buen hacer andaluz, de nuestra madera, la cerámica, el textil, el aceite o el mimbre. Se completa con sus colores: El blanco de Sierra Nevada, el verde de los olivos, el rojo de la granada, el azul marinero, el amarillo de la costa del sol, el color plata de nuestra tacita, el blanco y rosa del almendro en flor, el marrón de nuestra Mezquita tirando a naranja, el marrón claro de la arena del desierto almeriense y esos dos colores que se unieron para pedir ‘Tierra y libertad’, el verde y blanco, que como decía Rocío Jurado, llevamos todos liados en el cuerpo.
Tus ocho hijas, provincias maravillosas, hacen que brilles sin tener que buscar nada fuera, todo está dentro. Tierra abierta al que llega por mar o por tierra, buscándole el futuro más aconsejable.
Sevilla, la mayor de todas las hermanas, no por ser mejor sino por ser capital. Capital de la Torre del Oro, la Giralda y la Plaza de España. Capital que en estos días busca sin rastro el cuerpo de Marta. Hoy más que nunca como ocurrió en Huelva con Mari Luz, quiero gritar un basta ya a la violencia con las menores y pido rotundamente más JUSTICIA Y VIGILANCIA, la democracia no puede ser el paraíso de la delincuencia, sino la cuna de la libertad moderada.
Huelva, con su capital pequeña y hermosa, regada por el Río Tinto y con olor a Coto, a altos árboles, romero y jarana que marcan el camino a la aldea del Rocío. Allí junto a las marismas eternas, mira a todo el que llega esa dulce Blanca Paloma. Danos salud, amor, felicidad a todos los andaluces que hoy queremos tenerte como cada día presente. Porque aunque esta tierra tenga su patrona, la Virgen de Cinta, es ella la que congrega a muchos andaluces y españoles en una pequeña aldea.
Cádiz, la tacita de plata, la del antifaz y el cuplé. La tierra de Falla y Camarón. Es cuna de muchos artistas y sobre todo lugar ideal para simulando eL Malecón, mirar al horizonte buscando en el estrecho, la tranquilidad infinita. Atardeceres y amaneceres inigualables son los de los pueblos y la capital gaditana que miran al futuro con ilusión y sobre todo con ese arte y buen humor que les caracteriza. De allí fueron grandes como Alberti .
Granada, es la Sierra callada y humilde llena de pureza, llena de blanco. Es la tierra de la octava maravilla del mundo, aunque no fuese elegida. Porque la Alhambra es el sueño de un moro que lloró como mujer lo que no supo defender como un hombre. Aunque seguro que en sus lágrimas irían los miles de rincones de Granada a los que decía adiós, porque no hay pena mayor que ser ciego en Granada.
Jaén, largo campo de olivares que se extiende sin saber donde tiene el fin. Provincia de batallas ganadas como la de Bailén y tierra de preciosa Catedral y pueblos llenos de historias y grandes rincones. Jaén, levántate brava, no vayas a ser esclava de todos tus olivares, andaluces de Jaén.
Almería, la hermana de la alegría, la que en discreta posición recibe a miles de inmigrantes que llegan sin saber donde ir, sin saber si serán recibidos con esos brazos abiertos de los almerienses, que solo quieren lo mejor para todo el que llega. Es la provincia de los largos campos de invernaderos cuyo blanco deja paso al desierto y el calor que en él se da, ese gran pueblo de Tabernas.
Córdoba, musulmana hermana, sueño árabe hecho realidad, corazón del arte andaluz, cuna de culturas y sentimientos. Con su Mezquita consigue cautivar a todo el que llega a sus calles y con sus patios de Mayo hace que Andalucía siga oliendo a vida y a flores, las flores de la confianza, la inocencia, la amabilidad y las puertas abiertas que caracterizan a nuestra tierra.
Y te dejo para el final, porque te quiero con especial cariño, porque me viste nacer y ojalá me veas sobre tu orilla morir. Decir Málaga es decir Picasso, Malagueta, alcazaba, Manquita o Alameda. Es decir Calle Larios, Trinidad, Limonar, Caleta, Perchel o Puerta Blanca. Mi madre es Andalucía y mi hermana es Málaga, a quién puedes querer más a una hermana o a una madre, eso es algo imposible de definir, porque ambas son mis dos muletas para poder caminar. La tierra del espeto, los boquerones, los verdiales y los pueblos de luz y mar. Málaga, la tierra soñada por muchos es hoy una realidad.
Y es que querida amiga, tienes grandes lugares en los que al llegar se encienden los ojos y cuando te toca despedirte de ellos estás deseando volver.
Andalucía merece ser la mejor, merece crecer, basta ya del mismo politiqueo que nos deja en los últimos puestos siempre, queremos más Andalucía, más verdad, más luz, más educación y sobre todo que nunca perdamos la esencia de ser andaluces.
Hoy quiero animaros a pasear esas calles que pronto procesionarán grandes tronos, pasos o cofradías, que os impregnéis del olor a geranio y rosa, que toquéis el blanco de las casas con rejas y que no dejéis de envolveros de la magia de Andalucía.
Hoy teniendo como siempre presente a Blas Infante, griten conmigo:
VIVA ANDALUCÍA.
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