Saludos a todos los blogueros de ALGOROCONTIGO. Dejamos una semana en la que hay que destacar tres acontecimientos, uno de ellos destacado en la parcela deportiva y dos en el ámbito político nacional e internacional: el polémico triunfo de Leo Messi en la entrega del Balón de Oro, el alto el fuego de la banda terrorista ETA y la crisis institucional que se está viviendo en Túnez, donde la situación es caótica.
Nadie esperaba lo que iba a ocurrir en la gala de entrega del Balón de Oro 2010, que distingue al mejor jugador del año. En un año de Mundial, donde la selección española se proclamó campeona del mundo por primera vez en su historia, el preciado trofeo no lo ha ganado ninguno de los candidatos españoles que optaban a obtener el galardón, sino que Leo Messi, jugador del F.C. Barcelona y de la selección argentina, ha sido el afortunado por encima de sus compañeros de club Xavi Hernández y Andrés Iniesta. Los diarios del martes 11 de enero reflejan la noticia con sorpresa. El discreto campeonato del mundo que hizo el jugador argentino y la gran temporada de los jugadores españoles hacía que todos pensaran en ellos para llevarse el trofeo y acompañar al gallego Luis Suárez como único español en lograr el Balón de Oro. Sin embargo, no se cumplieron los pronósticos de la prensa e incluso de los aficionados al fútbol. El hecho de que le hayan dado a Messi el Balón de Oro significa que en un año de Mundial, que se supone que al celebrarse cada cuatro años se va a tener en cuenta por encima de las demás competiciones y viendo el campeonato que hizo el argentino, lo que se hace es desprestigiar a la competición de la FIFA por excelencia. Para que se lo den a Messi, mejor que se lo hubiesen dado al holandés Sneijder, que la pasada temporada ganó el triplete con el Inter de Milán y llegó a la final del Mundial con la selección de Países Bajos. Si para la FIFA eso no es suficiente, menudo cachondeo de galardón.
ETA ha vuelvo a tener protagonismo al anunciar un alto el fuego "permanente, general, y verificable". Los periódicos nacionales hablan de un paso más hacia el final de la banda (El País), de escenificar una tregua para colarse en las elecciones (El Mundo), de treta (La Razón recurre al juego de palabras), de que la banda se queda corta (Público) o del comunicado de siempre (La Gaceta). El más impactante de todos es ABC, que en su portada recoge las imágenes de los 12 asesinados por la organización terrorista desde que rompió la anterior tregua y titula la portada como "12 razones para no creer a ETA...y 845 asesinados más". Este nuevo comunicado, que solo es novedoso por ser "permanente, general, y verificable", (a saber que entienden por eso los terroristas), debe tranquilizar a las masas, pero no se pierde el miedo a que vuelvan a sembrar el terror. Es mejor tener una tregua que no tenerla. Pero tal y como reconoció el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, "es una buena noticia, pero no es la noticia". Todos esperamos que de un momento a otro se anuncie el final de la banda, de que la lucha antiterrorista se imponga a la masacre y que España entera se lleve una alegría en forma del fin del terrorismo.
En el panorama internacional, hay que comentar la crisis interna que se está viviendo en Túnez. Las manifestaciones populares y espontáneas desatadas hace casi un mes por la inmolación de un ciudadano tunecino han acabado con 23 años de poder autocrático del presidente Zine el Abidine Ben Ali. Tras las movilizaciones en todo el país pidiendo su dimisión, el mandatario ha huido hacia Arabia Saudí. Por tanto, el primer ministro, Mohamed Ghanuchi, va a asumir el poder de forma interina. El derrocamiento de la primera dictadura en el norte de África permitirá al Ejército tunecino mostrar al pueblo su papel, que es respetado por los ciudadanos y se ha mostrado reticente a participar en la represión de las protestas. El pueblo árabe empieza a descubrir por tanto, que la tiranía no es el camino a seguir. El pueblo tiene unos derechos que no puede hacer uso de ellos porque están amenazados, y todo ser humano quiere ser respetado allí donde se encuentra. Túnez está descubriendo algo que a nosotros nos tocó hace más de 30 años: la libertad. Ánimo para que sigan en su búsqueda y les merezca la pena.
PABLO MANSILLA
Nadie esperaba lo que iba a ocurrir en la gala de entrega del Balón de Oro 2010, que distingue al mejor jugador del año. En un año de Mundial, donde la selección española se proclamó campeona del mundo por primera vez en su historia, el preciado trofeo no lo ha ganado ninguno de los candidatos españoles que optaban a obtener el galardón, sino que Leo Messi, jugador del F.C. Barcelona y de la selección argentina, ha sido el afortunado por encima de sus compañeros de club Xavi Hernández y Andrés Iniesta. Los diarios del martes 11 de enero reflejan la noticia con sorpresa. El discreto campeonato del mundo que hizo el jugador argentino y la gran temporada de los jugadores españoles hacía que todos pensaran en ellos para llevarse el trofeo y acompañar al gallego Luis Suárez como único español en lograr el Balón de Oro. Sin embargo, no se cumplieron los pronósticos de la prensa e incluso de los aficionados al fútbol. El hecho de que le hayan dado a Messi el Balón de Oro significa que en un año de Mundial, que se supone que al celebrarse cada cuatro años se va a tener en cuenta por encima de las demás competiciones y viendo el campeonato que hizo el argentino, lo que se hace es desprestigiar a la competición de la FIFA por excelencia. Para que se lo den a Messi, mejor que se lo hubiesen dado al holandés Sneijder, que la pasada temporada ganó el triplete con el Inter de Milán y llegó a la final del Mundial con la selección de Países Bajos. Si para la FIFA eso no es suficiente, menudo cachondeo de galardón.
ETA ha vuelvo a tener protagonismo al anunciar un alto el fuego "permanente, general, y verificable". Los periódicos nacionales hablan de un paso más hacia el final de la banda (El País), de escenificar una tregua para colarse en las elecciones (El Mundo), de treta (La Razón recurre al juego de palabras), de que la banda se queda corta (Público) o del comunicado de siempre (La Gaceta). El más impactante de todos es ABC, que en su portada recoge las imágenes de los 12 asesinados por la organización terrorista desde que rompió la anterior tregua y titula la portada como "12 razones para no creer a ETA...y 845 asesinados más". Este nuevo comunicado, que solo es novedoso por ser "permanente, general, y verificable", (a saber que entienden por eso los terroristas), debe tranquilizar a las masas, pero no se pierde el miedo a que vuelvan a sembrar el terror. Es mejor tener una tregua que no tenerla. Pero tal y como reconoció el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, "es una buena noticia, pero no es la noticia". Todos esperamos que de un momento a otro se anuncie el final de la banda, de que la lucha antiterrorista se imponga a la masacre y que España entera se lleve una alegría en forma del fin del terrorismo.
En el panorama internacional, hay que comentar la crisis interna que se está viviendo en Túnez. Las manifestaciones populares y espontáneas desatadas hace casi un mes por la inmolación de un ciudadano tunecino han acabado con 23 años de poder autocrático del presidente Zine el Abidine Ben Ali. Tras las movilizaciones en todo el país pidiendo su dimisión, el mandatario ha huido hacia Arabia Saudí. Por tanto, el primer ministro, Mohamed Ghanuchi, va a asumir el poder de forma interina. El derrocamiento de la primera dictadura en el norte de África permitirá al Ejército tunecino mostrar al pueblo su papel, que es respetado por los ciudadanos y se ha mostrado reticente a participar en la represión de las protestas. El pueblo árabe empieza a descubrir por tanto, que la tiranía no es el camino a seguir. El pueblo tiene unos derechos que no puede hacer uso de ellos porque están amenazados, y todo ser humano quiere ser respetado allí donde se encuentra. Túnez está descubriendo algo que a nosotros nos tocó hace más de 30 años: la libertad. Ánimo para que sigan en su búsqueda y les merezca la pena.
PABLO MANSILLA
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