Ha sido el compositor de la banda sonora de la vida de varias generaciones de españoles. Augusto Algueró, popular autor de medio millar de canciones, arreglista y director orquestal de dilatada carrera, falleció ayer en su casa de Torremolinos a los 76 años, víctima de una larga enfermedad ósea.
Personaje muy popular entre los años sesenta y ochenta del siglo pasado, a su probada calidad como músico y compositor de amplio registro se sumó la fama que le otorgó su matrimonio con Carmen Sevilla. Casado con la actriz entre 1961 y 1974, la pareja tuvo un único hijo, Augusto J. Algueró, también compositor y a quien apadrinaron Marisol y Manuel Benítez, 'El Cordobés'. Simpático, vitalista y telegénico, prolífico creador de temas memorables para cantantes como Joan Manuel Serrat, Nino Bravo, Marisol, Concha Velasco o Rocío Dúrcal, su popularidad se sostuvo gracias a su participación en un buen puñado de programas de televisión, medio en el que debutó en los tiempos del blanco y negro.
La profesión le rendirá homenaje hoy en la sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) de Madrid, donde se instalará la capilla ardiente con los restos mortales del compositor, fallecido mientras dormía y acompañado por su segunda esposa, Natividad Benito, 'Nacha', su cuidadora en los duros tiempos en los que la enfermedad lo postró en una silla de ruedas.
Nacido en Barcelona el 23 de febrero de 1934, Augusto Algueró Dasca optó desde muy joven por tomar el mismo camino profesional que su padre, Augusto Algueró Algueró. Se formó musicalmente en el conservatorio municipal de Barcelona, pero al tiempo realizó estudios de Medicina. En su larga y fructífera carrera iniciada en su adolescencia en los años cincuenta, firmó más de 500 canciones ligeras y casi doscientas bandas sonoras para películas y producciones televisivas y teatrales. Era además un dotado pianista y publicó un buen puñado de discos con composiciones propias.
Como compositor fue responsable de temas muy populares que perviven en la memoria colectiva de varias generaciones. Títulos como 'Penélope' que popularizó Joan Manuel Serrat; 'Te quiero, te quiero' y 'Noelia', emblemáticos temas para Nino Bravo; 'Contigo, contigo' y 'Tómbola' que convirtieron en ídolo a la entonces jovencísima cantante y actriz malagueña Marisol, o 'Acompáñame' con la que triunfaría la también actriz y cantante Rocío Dúrcal. Compuso también para otros grupos y cantantes de muy diversos registros, como Los cinco latinos, Connie Francis, Elsa Baeza o Rocío Jurado.
Responsable de multitud de bandas sonoras, Algueró fue el autor de 'La chica ye-ye', archifamosa canción compuesta para Concha Velasco. La primera composición de Algueró para el cine fue la partitura de 'Brigada criminal' (1950). Colaboró con un entonces desconocido Pedro Almodóvar que en su marginal ópera prima 'Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón' incluyó el tema 'Muy cerca de ti', y con Santiago Segura, que lo reclutó para que firmara la canción 'Será el amor' en 'Torrente, el brazo tonto de la ley'.
Creador de ídolos
En su trabajo para el cine, la televisión y el teatro destacan títulos como 'El ruiseñor de las cumbres' con el prodigioso niño Joselito en 1958; 'Cabriola', 'Marisol, rumbo a Río' y 'Tómbola', con la que Marisol se convirtió en un ídolo infantil; 'Zampo y yo', con Ana Belén, y 'Las chicas de la cruz roja', 'El día de los enamorados' o 'La fierecilla domada', que encumbraron a Concha Velasco.
Para televisión quizá su trabajo más memorable fuera la música de 'Historias de la frivolidad' -atrevido producto de Narciso Ibáñez Serrador facturado en plena España franquista- y 'El irreal Madrid', con el que ganó la Ninfa de Oro del Festival de Montecarlo. En el teatro colaboró en unas 50 producciones, como 'Mamá, quiero ser artista', protagonizada de nuevo por Concha Velasco.
Reconocido con infinidad de galardones a lo largo de su dilatada trayectoria, en 1988 fue distinguido en Estados Unidos el premio B.M.I., que señalaba a 'Penélope' como el tema más interpretado en el ámbito latino. En 2005 Eduardo Bautista le entregaba el Premio de Honor de la SGAE. «La música es el lenguaje más universal que existe y a ella le he entregado mi vida entera», afirmaba entonces Algueró.
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