¡Hola a tod@s! Antes de empezar pediros disculpas por el retraso con mi cita semanal con el análisis semanal de la prensa y desearos lo mejor para el año que acabamos de inaugurar. Esta semana no me gustaría hablar de otra cosa que no sea la polémica subida de la luz. Es la más alta en 28 años y se hace en parte para pagar menos en el futuro. Esa es la versión que el pasado miércoles dio ante los medios el ministro de Industria, Miguel Sebastián. Además, aseguró que la subida es "un poco mayor que el precio de un café". ABC califica al año 2011 como el año para los "inocentes". La subida de la factura de la luz a partir del 1 de enero, del gas, de las tarifas de los trenes de Cercanías y AVE, y la retirada de la ayuda de 426 euros a los parados, del cheque bebé, o la deducción por vivienda.
La verdad es que se nos queda un poco la cara de tontos cuando nos imponen tantas medidas que nosotros no podemos evitar y que duelen al bolsillo como una patada en los cataplines. Los impuestos no hacen más que subir y los sueldos están congelados. Y lo peor de todo es que como no se vean señales de recuperación, lo ideal sería protestar por lo que nuestros gobernantes deciden, pero España no es un país dado a protestar como lo hacen Francia o Reino Unido. Y es una pena porque demuestran que sí les importan sus derechos, que luchan por mantener su calidad de vida a un nivel aceptable y digno mientras que los españoles nos quedamos sentados en el sofá "pasando del tema".
Por otro lado, el presidente del Gobierno ha anunciado que la jubilación a los 67 años será a partir del año 2027, sorprendiendo a propios y extraños. Aún vemos lejano ese año, y algunos supersticiosos tendrán ahora más miedo porque según la cultura maya, falta un año para que se acabe el mundo. Pero fuera de malos presagios, del 2011 al 2027 la situación económica debe haber remontado y para entonces el sentido de la reforma de las pensiones tendrá un sentido diferente al que tiene ahora.
Lo que hay que pedirle a este año es, como dijo hace unos días Mercedes Milá, mucha salud y un trabajo, nada más.
La verdad es que se nos queda un poco la cara de tontos cuando nos imponen tantas medidas que nosotros no podemos evitar y que duelen al bolsillo como una patada en los cataplines. Los impuestos no hacen más que subir y los sueldos están congelados. Y lo peor de todo es que como no se vean señales de recuperación, lo ideal sería protestar por lo que nuestros gobernantes deciden, pero España no es un país dado a protestar como lo hacen Francia o Reino Unido. Y es una pena porque demuestran que sí les importan sus derechos, que luchan por mantener su calidad de vida a un nivel aceptable y digno mientras que los españoles nos quedamos sentados en el sofá "pasando del tema".
Por otro lado, el presidente del Gobierno ha anunciado que la jubilación a los 67 años será a partir del año 2027, sorprendiendo a propios y extraños. Aún vemos lejano ese año, y algunos supersticiosos tendrán ahora más miedo porque según la cultura maya, falta un año para que se acabe el mundo. Pero fuera de malos presagios, del 2011 al 2027 la situación económica debe haber remontado y para entonces el sentido de la reforma de las pensiones tendrá un sentido diferente al que tiene ahora.
Lo que hay que pedirle a este año es, como dijo hace unos días Mercedes Milá, mucha salud y un trabajo, nada más.
PABLO MANSILLA
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