Las nubes cubren hoy el azul cielo. Amenazan con llorar, con descargar su ira sobre nosotros. Pero la resignación impide que caiga el agua.
Ahora mismo la tenue luz difumina la habitación del alma. Apenas se nota el amarillo de la alegría, el rojo amor se ha desprendido y se ha vuelto un tono grisáceo, y el verde de la esperanza no se encuentra ni en el manto de la Madre que desde arriba vela.
La música, proveniente del Meridiano 53, invita a seguir otro camino, a cambiar radicalmente todo, hacia un futuro diferente.
Las fotos se pierden en la oscuridad también. Los recuerdos que mejor guarda nuestra retina solo ocupan un espacio en la pared. Han perdido su significado.
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