Andaluces, levantaos...
Luz y calor. Campo y tierra fértil. Cuna del oro hecho líquido. Madre de la vid del mosto. Gran hija de la que es más madrastra que madre.
Andalucía, tierra patria de las primeras idas a América, acogedora de diversas culturas en sus largos siglos de vida, muda ante los efectos destructores de sus invasores, pero hoy cuidada por sus hijos, los descendientes del resto de España.
Huelva, tierra de Platero, siempre soportando el peso de la vecina Portugal.
Córdoba, antigua capital olvidada, cuna de nuestro mejor saber.
Cádiz, de dunas blancas y maltratados estrechos que ven la cara más dura de la pobreza.
Sevilla, barroca y dorada que asciende al cielo desde sus altas torres.
Málaga, mar cristalina de arena negra y primaveras brillantes y eternas.
Jaén, tierra de olivares trabajados por la mano fuerte del árido campo.
Granada, eterna y nazarí. Mujer que conserva el embrujo de los ojos moros.
Almería, viviente del desierto cálido más al Norte del viejo Occidente.
Hoy quiero pedir por tu futuro. Quiero seguir sintiendo tu atracción, tu brillo y tu amor. Porque no hay tierra igual...
--Un malagueño –
(Para todas las personas que crean en la bella y polvorienta tierra del Sur)
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