Esta mañana me levanté y no había agua en casa. El coraje, la desesperación, incluso la indignación te aflora de repente y sin embargo no hay motivos suficientes. Solo basta encender la televisión y ver las imágenes de Somalia. Caras de niños y adultos que lloran por no tener que echarse a la boca, el cuerpo de los pequeños rodeados de moscas que también buscan algo de comer por desgracia.
Además se conocen informaciones como que el 35% de la población, unos 12 millones, está a horas de decidirse entre la vida y la muerte por hambruna y el 85% de los que marcharon fuero niños por ser seres más indefensos. En ese momento el que no haya agua en casa deja de ser un problema y ahora la atención se centra en la apertura del puente con el Cuerno de África para que las ONGs puedan hacer llegar su ayuda.
Es el momento de colaborar y desde aquí les animo a utilizar las organizaciones que llevan trabajando dentro del marco de las Naciones Unidas muchos años en la zona para aportar nuestra ayuda por pequeña que sea debido a la situación económica difícil que atravesamos. Pese a ello no hay que olvidar que hay quien vive en una crisis continua o en la peor, la de tener que morir por no tener alimentos para vivir.
LUIS ALGORÓ
No hay comentarios:
Publicar un comentario