Sólo otra carrera sacudida en la coctelera le daría esperanzas. Pero las previsiones de tiempo dicen que el día será de playa y caipirinha. En la Fórmula 1 actual, ganar desde la cuarta posición es una misión titánica. Adelantar a los monoplazas rojos y al McLaren de Lewis Hamilton en un gran premio sin incidentes resulta una quimera. Alonso lo sabe, de ahí la enorme decepción al confirmar sus mediocres tiempos. Aunque se agarrará a su tesón y a la cuota de azar que siempre se mueve en su deporte. Arriesgará. "No tengo nada que perder, por tanto, iré a por todas. Intentaré adelantar en la salida y luego apretar al máximo, esperando de nuevo el milagro".
Su primer obstáculo es Kimi Raikkonen, otro rival en una posición desesperada. Después, espera Hamilton, segundo. Y en la cabeza de los mejores, Felipe Massa, el pequeño paulista que quiere volver a ganar ante su público. Alonso firmó ayer uno de sus peores sábados del año, siempre lejos de los tiempos punteros. Por la mañana, en la última sesión de entrenamientos libres, quedó octavo y, por momentos de la primera ronda de la clasificación, estuvo por debajo de la décima plaza.
¿Qué le pasó? Alonso no quiso alimentar la polémica, sin una explicación clara de lo sucedido. Quedó a tres décimas de su compañero y a tan sólo tres centésimas de Raikkonen. "He ido mal y ya está. Hay fines de semana que salen así", cerró las suspicacias. "Daré lo máximo y terminaré con la cabeza bien alta después de un buen campeonato", aseguró, muy bajo de ánimos. "Sólo tengo un 10% de posibilidades de ganar el Mundial", calculó.
Su porcentaje crecerá en el caos, una vía que podría pasar por el rendimiento de los neumáticos. Al finalizar la sesión de clasificación, Marc Gené, el catalán probador de Ferrari, miraba con atención las desgastadas gomas de los McLaren, apiladas en el 'paddock'. El poderoso reasfaltado del circuito brasileño devora el caucho ante la sorpresa de los especialistas de Bridgestone, que no esperaban una superficie tan abrasiva. Los pilotos tendrán que cuidar su calzado en las 71 vueltas que les esperan con una pista a 60 grados.
Encajado entre los Ferrari, Lewis Hamilton arrancará camino de su primer campeonato del mundo con todas las garantías en los bolsillos. Sin embargo, el sábado volvió a quedar en el ambiente la condescendencia oficial que recibe el piloto inglés de los jueces de la competición. Hamilton volvió a salir libre de una situación comprometida ante las normas. En su última parada en boxes, en la tercera parte de la clasificación, irrumpió en la pista de forma precipitada. En ese momento, Kimi Raikkonen buscaba la pole en su vuelta rápida. El finlandés tuvo que cambiar su trazada ante la aparición del McLaren del líder del campeonato. La maniobra le costó, según la telemetría de Ferrari, 2,8 segundos de retraso.
La escudería italiana aguardó, tras comprobar los tiempos oficiales, al veredicto de los comisarios, confiados en que la acción de Hamilton sería punible. Hablaron con los comisarios sin éxito y el chico de Tewin escapó libre de culpa gracias a la volátil reglamentación de la FIA. En Monza, en 2006, a Fernando Alonso le mandaron a la décima plaza de la parrilla por haber generado durante la clasificación una leves turbulencias en la trayectoria de Felipe Massa. En la rueda de prensa oficial, una periodista de 'L'Equipe' fue directa contra Hamilton, después de que éste se disculpara con Raikkonen: "¿Cree usted que puede hacer lo que quiera y arreglarlo todo después pidiendo perdón?". El líder y primer candidato al título se molestó: "No responderé a esa cuestión". Información de www.elmundo.es .
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