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martes, octubre 23, 2007

AGREDE Y SE QUEDA EN CASA

El joven Sergi Xavier M. M., de 21 años, ha justificado su agresión a una joven ecuatoriana el 7 de octubre en un tren de los ferrocarriles de la Generalitat afirmando que "estaba muy borracho" y que nunca había tenido un comportamiento similar, "ni racista ni nada".

El joven, que vive con su abuela y su padre en la Colonia Güell de Santa Coloma de Cervelló (Barcelona), dijo: "No sé lo que pasó, iba borracho y punto. Ni me a
cuerdo casi de lo que pasó. Cuando tú vas borracho, depende cómo vayas, no sabes lo que haces".

Sergi Xavier M. M. se encaró en un principio con los medios de comunicación concentrados ante la puerta de su domicilio, dirigiéndoles palabras soeces y asegurando: "La mitad de las cosas que estáis diciendo de mí son mentiras".

"Ni me acuerdo casi", dijo después, y reconoció: "Se me ha ido la olla pero mucho", y aseguró que nunca había tenido un comportamiento similar, "ni racista ni nada".

La agresión tuvo lugar el día 7 de octubre en el trayecto de Plaza España a Martorell, poco antes de llegar a la estación de 'Colonia Güell', donde el agresor se apeó, y a consecuencia de ella la menor agredida se encuentra en tratamiento psicológico.

El agresor aprovechó la presencia de los medios para pedir perdón a la joven ecuatoriana, "porque no se merecía lo que le hice", además de afirmar: "Claro que me siento responsable, la culpa es mía".

Sergi Xavier M. M. fue detenido por la Guardia Civil el pasado viernes, 19 de octubre, a la entrada de su domicilio, y se encuentra en libertad a la espera de juicio, sobre el que ha dicho: "No sé lo que pasará, ya se verá", para afirmar después que afrontará "lo que sea, claro, qué remedio me queda".

INFORMACIÓN DE ELMUNDO.ES

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me indigna.
Ni bajo los efectos del alcohol alguien puede sacar a relucir esa agresividad con unos valores de carácter racista si anteriormente "ni se le había pasado por la cabeza".
A una persona a la que no le importa la nacionalidad de otra, en ningunas condiciones se le ocurriría descalificarla y mucho menos agredirla.
El daño que ha sufrido la chica no se arregla con un "iba borracho". La impotencia sentida por ella, el miedo, el pasotismo de los demás viajeros, la inseguridad...todo ello quedará grabado en su mente para siempre, y sin embargo, él ya ha conseguido olvidarlo.
Que injusto

Paloma

Anónimo dijo...

Desde luego, qué poca vergüenza...

Paloma (quién es la otra Paloma?)

Anónimo dijo...

Un caso más que hace que las personas razonables nos avergoncemos de algunos aspectos de la Humanidad.
Diría que cuesta creer a estas alturas...pero para que nos vamos a engañar es el pan nuestro de cada día. Una auténtica vergüenza