¿Qué tal esta semana? Pues estamos inmersos en la auténtica primaveras tras estas lluvias que han empañado no solo las gafas de muchos de nosotros sino sobre todo los días festivos que acabamos de pasar, con uno de regalo para los madrileños. No precisamente por el fútbol, sino por su fiesta autonómica.
Quiero entregar la penca de esta semana a esos países que aún hoy siguen callando la boca a aquellos que libremente quieren expresar lo que sucede y sobre todo, lo que sienten en cada rincón del mundo. Al igual que en años pasados me uno a los profesionales de la comunicación y la palabra coincidiendo con la celebración ayer del Día Mundial por la Libertad de Prensa, que han gritado a favor de la libre circulación de información internacional y ante todo apoyando el derecho de cada ser a ser y expresar aquello que quiera ser siempre desde el respeto.
Por ello me indigna ver tanto a aquellos dictadores que silencian las voces de grandes periodistas y de ciudadanos que quieren hacerse escuchar mediante cualquier sencillo y humilde altavoz como a esos que mal usan los medios para insultar y menospreciar el trabajo de otros en prensa basura que aún así se consume sin querer ni siquiera pensar como sabe recién salida del vertedero.
Por una libertad de prensa limpia, sana y cercana al mundo, la penca semanal vaya para aquellos que no saben utilizarla o que no quieren ni siquiera conocer su importancia o peor aún que conociendo su importancia se niegan a usarla de forma correcta y completa.
La biznaga creo que es turno de entregarla a todas las MADRES, ya que el pasado domingo celebramos un día que aunque resulte un tanto comercial, se dedica a esas que nos dieron la vida, olvidándonos que cada día es una oportunidad para demostrarles todo lo que las queremos.
Como cada hijo quisiera dedicarla especialmente a la mía, Isabel, esa que me miró por primera vez a los ojos y marcó mi camino para siempre. Ahora que yo piso las huellas por delante suya con su miedo a que me tropiece o a que mis alas no cojan fuerza en el impulso quiero decirle que la quiero más que nunca y que la necesito tanto como siempre o quizás más. Los momentos difíciles vienen para todos y las decisiones importantes en la vida nunca van acompañadas de garantías, de ahí su importancia, pero eso no quita el amor que este que escribe siente por aquella que le dio las manos para hacerlo.
Sin más y pese a todo, ellas son nuestras grandes hadas madrinas, las reinas de nuestras vidas, y por ellas y para ellas vaya esta BIZNAGA.
Con cariño,
Luis Algoró.
¡CLARO QUE DIJE QUE SI!
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