Ha bastado una señal, la del Fondo Monetario Internacional(FMI), que otros organismos ya venían anticipando en las últimas semanas, para que los inversores volvieran a dar la espalda al mercado de renta variable. Pero también al de deuda pública española, al de materias primas, como el petróleo, y al de divisas, a través del euro. Porque, como varios expertos vienen anunciado durante el verano, los inversores han interpretado la advertencia del FMI como que ya estamos en recesión y lo que queda por venir sería la depresión. No ha habido un cobijo en el que refugiarse, a excepción del oro, por encima de los 1.900 dólares. El Ibex-35 se dejó este lunes un 4,69%, la tercera mayor caída registrada en una sola sesión en lo que va de año. El selectivo estuvo a punto de despedirse de los 8.000 puntos, tras finalizar en los 8.066, la cota más baja desde el 8 de agosto, cuando cayó hasta los 7.966 puntos.
Junto al tropezón del selectivo español, el mercado obvió cualquier medida que se ha tomado en las últimas jornadas, como la adquisición de deuda por parte del Banco Central Europeo, y puso en la picota a la deuda española, cuyo diferencial con respecto a la alemana se disparó hasta los 340 puntos básicos, una referencia que no se veía desde la crisis de deuda en los primeros días del mes de agosto. No se trata tanto de que a España se le exija más interés por sus bonos, que también; sino que la deuda alemana es el refugio ante cualquier tormenta. De hecho, sus bonos apenas rentan ya un 1,85%.
Aun así, la caída del Ibex-35 no fue la peor en una jornada sin referencias bursátiles norteamericanas, donde Wall Street no abrió sus puertas. El DAX alemán llegó a ceder un 5,28% de su valor, mientras que el Eurostoxx-50 se dejó un 5,11%. Por su parte, el CAC parisino perdía un 4,73% y el FTSE londinense, un 3,58%. Ante la posibilidad de una nueva etapa de decrecimiento económico, el precio del barril de Brent se resintió de forma considerable y cayó hasta los 110 dólares. También lo hizo el euro, cuyo cambio descendió hasta los 1,40 dólares.
La caída experimentada por el Ibex-35 no entendió de sectores. Todos cayeron en masa. Y algunos títulos lo hicieron de forma considerable, como los de Sacyr-Vallehermoso, que se dejó un 7,62%.
La constructora fue la más perjudicada, después de los repuntes que había registrado tras el anuncio de la operación con la mexicana Pemex en Repsol-YPF. También cedieron con fuerza las acciones de ArcelorMittal (-7,47%), Mediaset (-6,22%) y Popular (-6,10%). Entre los grandes valores, las acciones de Repsol-YPF (-6,09%) fueron las más perjudicadas.
Los valores que menos terreno perdieron fueron los de Sabadell (-2,29%), Grifols (-1,94%) REC (-1,60%) y, sobre todo, Bolsas y Mercados, cuyas acciones consiguieron revalorizarse un 0,51%, convirtiéndose en el único título bursátil que finalizó la jornada al alza. Los drásticos movimientos que se están registrando en los mercados bursátiles son los que aprovecha BME de forma positiva en su negocio, y los inversores así se lo agradecen.
En el Mercado Continuo, las participaciones de la CAM se dejaron otro 9,52%. Su valor cae por debajo de los 1,90%. También cedieron con fuerza otros valores como Ezentis (-8,87%) y Faes (-8,28%).
SUR.ES
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