Hoy quiero ponerme en tu piel. Ser arruga del recuerdo que robado se marcha con la ventisca del tiempo que golpea fuerte. Me gustaría poder hoy introducirme en ese sueño donde solo existe el presente y una niñez incesante que golpea la mente. Triste y muy duro, pero hablamos de la vida y no podemos pedir más. Sin embargo, hoy quiero estar a tu lado más que nunca.
Bastón que sostiene la indignación de no poder hacer memoria, abrazo y caricia nunca desperdiciada que no se siente haber dado. Noches de luna, placer, amor y fiesta que se enquistan en un retorcido laberinto que termina en una nube oscura y negra tapando cualquier resquicio de aquellos tiempos. Ver la vida correr y sentir que no se ha corrido en la vida. Acercarse al final sin ni siquiera sentirse reconocido e incluso sin poder llegar a valorar aquellos por lo que un día luchaste.
Hoy me has robado la memoria, me has dejado en tinieblas constantes bajo el miedo y pánico de no poder dar un paso adelante ya que no recordaré cómo alcancé esa meta. Pese a ello, quiero latir contigo para poder ver también a los que sufren alrededor y poder consolarles. Dame un poco de luz cuando ya no la tengo para no herir a quien sostiene mi alma. Héroes del día a día que acompañan, saben estar y se reciclan continuamente para poder pasar del mero cuidado a la máxima atención, del sentirse familia a guardianes de una mente.
No quiero extenderme más, creo que me has atendido bastante por hoy que incluso lo tienes dedicado para ti. Espero que no hayas dejado mella en mí y que a aquellos de los que eres dueño puedas dejarles en las mejores manos. No eres mi enemiga, no, eres otra forma de vivir: Alzheimer.
Luis Algoró
Dedicado a todos los enfermos de Alzheimer y sus familiares/cuidadores,
en especial a mi Abuela María de 89 años.
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