EL BIZNAGUERO: CON EL CORAZÓN EN JAPÓN. LUIS ALGORÓ

De nuevo miércoles. Hoy parece que el sol se ha hecho ver entre tanta nube y lluvia de los últimos días. La primavera ya se hace notar y el olor a incienso en las calles casi comienza a abrirse puertas. En medio de la cuaresma y esperando la Semana Santa quiero hacer entrega de la biznaga y la penca de esta semana.

La biznaga semanal quiero entregarla a todos los afectados por el duro terremoto ocasionado en Japón. Quiero de corazón transmitir con ella todo el cariño y afecto a las víctimas de tan magno y trágico fenómeno natural. Nadie tiene culpa de que sucedan estas catástrofes o quizás si con la contaminación masiva y el mal cuidado del planeta, pero lo que si somos es responsables para enviar la ayuda a los lugares afectados por el terremoto.

Quiero que miles de jazmines se conviertan en ayudas y muestras de apoyo a la sociedad civil que sufre entre maderas y paredes caídas, sentimientos mojados e inundados además de entre seres queridos que han perdido la vida. Para todos ellos, vaya esta humilde pero inmensa biznaga con la esperanza de que pronto recuperen la normalidad pese a la dureza de convivir con la tristeza de haber perdido a un ser que era parte de sus vidas.

La penca quiero entregarla a Zapatero. En el día de hoy decía que 'si no vamos a mejor que venga Dios y lo vea'. Yo le diría al Presidente que fuera él casa por casa y viese realmente la situación tan cruda que pasan muchas familias españolas.

No es sólo la desesperanza de verse en el paro sino la lucha incansable por buscar empleo en un país donde ni siquiera se dan ofertas laborales o que ni siquiera se renuevan, pareciendo que no se busca ni se contrata realmente a nadie. Es ahí donde la desesperanza se convierte en depresión.

Ojos llenos de lágrimas, calculadoras que se cansaron de hacer números, cocinas que no tienen alimento y almas que se cansan de luchar son la realidad de más de 4 millones de españoles que ya roza incluso los 5 millones, con todas sus familias correspondiente.

Por ello quiero darle la penca al Presidente que mientras sigue sentado en su sillón dubitativo por su futura sucesión no quiere ver una realidad que solo se siente y se palpa cuando se camina al lado de los ciudadanos echándole un pulso a la calle.

Sin más, os deseo una buena semana,

Luis Algoró