El atunero vasco 'Alakrana', liberado el pasado martes tras 47 días secuestrado por piratas somalíes, ha llegado a las islas Seychelles con sus 36 tripulantes sanos y salvos, 16 de ellos españoles. El pesquero atracaba de madrugada en el puerto nuevo, donde esperaban algunos de los familiares de los marineros.
Los familiares de los tripulantes gallegos del 'Alakrana' han viajado a Seychelles a bordo del avión de las Fuerzas Aéreas Españolas, fletado por el Gobierno para traer de regreso a España a los marineros. Sin embargo, ningún familiar de los ocho pescadores vascos ha aceptado el ofrecimiento de Defensa para viajar en el avión.
Según fuentes de Defensa, se ofreció a todos la posibilidad de viajar a Seychelles pero los familiares de los ocho marineros vascos lo han rechazado.
María Ángeles Jiménez, esposa del marinero del 'Alakrana' Gaizka Iturbe, ha asegurado en una entrevista en Onda Cero que ella rechazó el ofrecimiento de Defensa por recomendación médica y ha afirmado que sabe que algunas otras familias no han podido viajar a Seychelles porque tienen niños pequeños. Además, según ha dicho, algunos de los marineros les pidieron expresamente que no hicieran el viaje, aunque ha puntualizado que ella no conoce los motivos concretos de todas las familias.
El 'Alakrana' ha llegado a Puerto Victoria, capital del país, hacía las 07.30 hora local (las 04.30 de la madrugada hora peninsular española), donde ha arribado escoltado por las fragatas de combate 'Méndez Núñez' y 'Canarias'.
Los familiares de los pescadores gallegos querían que el reencuentro se produjera en un hotel de la ciudad, lejos de los ojos y las cámaras de la veintena de periodistas que se encuentran siguiendo la llegada del 'Alakrana' en la entrada del puerto, pero finalmente se han desplazado en un minibus hasta la zona portuaria para recibir a sus seres queridos.
Al tomar tierra Ricardo Blach, capitán del 'Alakrana', ha explicado que "ha sido la peor experiencia de mi vida". "Llegué a temer por mi vida. Me maltrataban físicamente por el hecho de ser el capitán y para hacer presión sobre el resto de la tripulación", explica Blach. "Me pegaban, me amarraron y mil cosas más". Preguntado sobre si volverá a navegar ha explicado que "no navegaré más porque ya me retiro. Si acepté ser capitán del barco fue por hacerle un favor al armador".
"Los piratas nos han tratado mal, peor imposible", prosiguió, antes de indicar que a partir de ahora los pesqueros que naveguen en aguas peligrosas irán protegidos "en un 90%". "Habrá mucha más seguridad, no total, pero en un 90% sí van a ir, cosa que no teníamos antes", relató.
elmundo.es
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