Hoy, un día después por motivos de agenda apretada, quiero dedicar unas breves palabras que nunca son suficientes para alguien tan grande como a quien va dirigida esta entrada. En el día de ayer hizo cinco años que un ángel nos dejó y no puedo evitar recordarlo y tenerlo muy presente.
Debo decir que cada día le pido por mis asuntos personales y durante este año en el que he vivido muy duros momentos me ha ayudado desde ahí arriba con todo su alma. Ahora que llevo meses pasando por delante del lugar donde descansa lo recuerdo más si cabe al ir a trabajar y me da ese pequeño empujón que necesitamos cuando andamos dormidos aún a horas tempranas del día.
David Cobos, fue un luchador y eso todos lo recordamos. Cada persona tenemos una imagen, un recuerdo, un momento grabado en nuestra retina de quien desde que se marchó pasó a convertirse en nuestro ángel de la guarda. Por ello, ahora que conmemoramos años de su fallecimiento tenemos muy presente a su familia, a la que mando personalmente el mayor de los abrazos y todo el cariño, el mismo que puede ayer dar a su hermano.
Sin más, por su memoria, te queremos David.
Luis Algoró
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